"¿Quién diablos puso el despertador a las ... ?. Olvídenlo, dónde está el control remoto..."
Para un aficionado promedio, no importan los horarios de los juegos, lo mismo da que sea a las 12:00 del día que a las 8 de la noche en la cancha del Azteca. Pero tampoco le importa si se trata de futbol por TV, igual es capaz de soportar la media noche que la madrugada, como lo demostró en el mundial Japón-Corea de 2002.
Cuando ayer las televisiones se comenzaron a encender a las 6 de la mañana en esta parte del planeta no era para otra cosa que para empezar la jornada futbolera con el Sudcorea-Grecia, los desvelados, que cambiaron chelas por leche pudieron atestiguar el crecimiento del futbol oriental ante el campeón de Europa del 2004. Claro, un campeón venido a menos. Será que los sudcoreanos andan armados ante las amenazas del Norte que trajeron un coraje justo para mantener en ceros a los griegos en las Copas del Mundo.
Lo fuerte del día llegó con el Sol. La expectativa por ver al mejor jugador del mundo: Leo Messi.
El "Messias" argentino hizo todo lo que pudo pero se enfrentó a una barrera con manos propiedad de Enyeama, un pulpo vestido de amarillo que dejó pasar sólo el gol de Gabriel Heinze. Mala mañana para los aficionados albicelestes que no vieron lucir a el equipo de sus simpatías. Porque lejos del estereotipo argentino, los fans de Argentina deseaban un 3-0, y ya exagerando un 7-0 con siete goles de Messi.
Pero, a Messi le apagó la mecha el arquero nigeriano.
El siguiente platillo también se antojaba en el menú, hamburguesas contra papas y pescado, Queen contra los Hermanos Osmond, Barry Manilow contra David Bowie, Inglaterra contra Estados Unidos.
La mamá británica, la dueña de la corona, el campeón del 66 se atoró con una maraña estadounidense, con el sobrino que vive en otro barrio y empataron. Cuánta evolución futbolística, primero Sudcorea y ahora los Bora boys con seis vitaminas y hierro. Hace 20 años hubiera sido inconcebible que un campeón como el "Equipo de la Rosa" se diera el lujo de empatar ante un amateur que no sabe diferenciar el football del futbol, pero son otros tiempos.
Y lo más doloroso para los británicos fue el "big english bear" de Robert Green que se vio muy verde, Oh my cat!... qué osote inglés... las cenizas del gran Peter Shilton se habrán movido de su lugar (si es que fuma)... y por el gol de Steven Gerrard, qué se puede decir, es Gerrard.
No se puede quejar el aficionado desvelado por la jornada, vio a dos campeones del mundo y a tres continentales y lo que falta.
Por ahora, la preocupación mayor es cómo prender la TV sin que la gente de casa se de cuenta y más, como evitar que el primer gol sea menos apasionado antes de las 7 de la mañana para no gritarlo.
* Publicado por este bloguero en Diario El Mundo el 13 de junio de 2010 como columna temporal titulada "El Rincón del Aficionado"
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