jueves, junio 27, 2013

Una noche beatlera de regalo...

La pequeña me trajo una sorpresa por el día del padre: un par de boletos para un concierto de grupos que harían un homenaje a Los Beatles... no la esperaba, es uno de los mejores regalos que he tenido...

Antes de entrar, ella esperaba con emoción escuchar Yellow Submarine y yo, más o menos sabiendo lo que vería, le expresé mi deseo por A day in the life... y mientras jugábamos al "veo veo" un comerciante vendía playeras con motivo del show...

El evento, pintó más o menos así:

Cuando de homenajes a Los Beatles se trata, los mexicanos se pintan solos. Hay miles de fans que aún guardan su beatlemanía olvidada en valiosos discos de vinil, otros, nacientes, descubren las número 1 en programas de radio e internet, los hay estudiosos y otros que se aprovechan de estos haciendo de un gusto, un blanco de mercenarios que vuelven todo un beatlemercado.

Imagen tomada del Facebook de Gabriel Carreón.

En el escenario del auditorio de la ESBAO un grupo más de las decenas que existen como imitadores de los Fab Four, Amnesia, hizo un homenaje tocando con muchas ganas y con deficiencias de sonido And I love her, recomponiendose con Dont let me down y All my loving, aventurándose con She loves you, muchas ganas y entusiasmo en una sala, calculo, al 60% de las 1265 butacas y con un público que seguía las piezas con destellos de euforia.
No eran John, George, Paul y Ringo, pero sí Óscar, Arturo, Guillermo e Iván, tocando a Los Beatles, sin nervios, como si estuvieran en un garage. Cumplieron.
Con más fuerza, movimiento y bastante entonados, pero sin estilo Beatle treparon al foro Alan Hay-parker y el grupo Legends. Tampoco con pose imitadora se treparon al avión para tocar Back in the USSR, aprovechando el talento de su guitarra para palomear While my guitar gently weeps e intentar una buena copia de Come together y rematar esta etapa con la clásica Twist and shout. El ánimo levantó...

Bajo la dirección de Armando López Macip, la Orquesta Clásica de Orizaba, con una treintena de músicos armó dos popurries.
Sonando más suaves que sinfónicos, en hilera derramaron las notas de Got to get you into my life, Michelle, When I'm 64 y Get back; y después, un arreglo de Henry Mancini a A hard day's night, And I love her, All my loving, Norwegian wood, Michelle y Yesterday.
Siempre he pensado que para escuchar Beatles sinfónicos hay que estar en un estado de ánimo especial y la noche se prolongaba un poco entre la expectativa, mientras el aire parecía llenarse de sonidos al estilo Fausto Papetti y Paul Muriat.


Todo cambió cuando fusionaron la orquesta con el grupo de Hay-parker. Arrancaron lentos con Yesterday pero mejoró exponencialmente al llegar Something y pese a un desorden final, salvaron All you need is love.
Ya no bajaron la guardia, ni la orquesta ni el grupo cuando siguieron de largo con una buena interpretación de A day in the life, donde el baterista se vio bastante estudiado en una de las piezas cúspides de Los Beatles, también ocurrió con Strawberry fields forever y enfilaron al final con The long and winding road, el remate de Abbey Road salvando Golden slumbers-Carry that weight-The end y complacieron a un público ya entusiasmado con Let it be y Hey Jude...

El remate se salió del programa beatle cuando sin mucha ambición, todos, incluído Amnesia, tocaron Imagine de Lennon. Un final para calmar los ánimos del na na na na na na na maccarniano.

El "respetable" agradeció de pie, aplaudió, algunos gritaron infructuosamente "Help!", "Ob la di Ob la da", "Love me do", "I am the Walrus" y la pequeña haciendo lo suyo, reclamando por un Submarino Amarillo que no atracó en la noche beatlera musicalizada por talento cordobés, orizabeño, veracruzano y un británico-jarocho.

Lo mejor del episodio nocturno fue la frase de mi pequeña y adorable acompañante: "Es chistoso que vaya a recordar a un grupo que se llama Amnesia...".

Salimos contentos en busca de un taxi...