jueves, agosto 26, 2004

El misterioso caso de Globy y Fabulmán

Tras algunos héroes

Paseando por la internet, como a muchos les ocurre, me vino a la mente una de esas dudas perdidas que no terminamos por solucionar en algún momento de nuestras vidas, y como le ocurre al Santos de Jis y Trino, "estaba un día navegando por la red cuando..." se me ocurrió buscar a dos personajes que William Hanna y Joseph Barbera dieron a conocer gracias a sus dibujos animados. Globy y Fabulmán.

El primer caso, Globy, no era nuevo, algunas veces ya lo había buscado infructuosamente en internet y había topado con internautas que tenían la misma duda que yo, dónde estaba Globy, qué fue de él, por qué no había imágenes de esa extraña figura blanca con bigotes que emitía sonidos raros.

En un foro había dos preguntas sobre él, y en otro más les extrañaba que hablaran de caricaturas y dejaran pasar por alto la genial figura que se convertía en mil cosas.

Por fortuna, existe un sitio llamado The big cartoon database (www.bcdb.com) que tiene almacenada información sobre cientos de series animadas, con fichas e ilustraciones, he ahí el lugar al que agradezco haber reencontrado a Globy, o mejor dicho, a Shmoo, su nombre verdadero. Con esto, mi inquietud tuvo alivio y volví a sonreir discretamente al ver esa imagen alba de Globy.

Fabito y Dinamita

El caso Fabulmán es en este sentido similar, sólo que nunca lo había buscado.

A Fabulmán fue más fácil localizarlo, solo que mi búsqueda iba en el sentido de Dinamita, su fiel Perro Maravilla, quien por cierto, en el doblaje latinoamericano llamaba Fabito al héroe de capucha de halcón.

¿Pero cómo Google me iba a dar un buen resultado si mi búsqueda la realizaba por Fabulmán?... si lo hubiera hecho por Blue Falcon las cosas hubieran sido más fáciles, y así hubiera sido con Dinamita, si en lugar de buscar "Dinamita" ANd "perro maravilla" lo hubiera hecho simplemente como "Dynomutt".
Ya con la imagen frente, no me quedó más que sorber un poco de refresco acabarlo y pensar que si Dinamita estuviera cerca, estiraría su pata más allá de los cinco metros y me traería un poco más sin moverse de su lugar.

El caso final es que, mis dos interrogantes, sobre Globy y Fabulmán, quedaron saldadas y esa noche pude dormir tranquilamente como si hubiera encontrado un tesoro.

domingo, agosto 22, 2004

Quauhtochco, la historia guardada

Vigilando un valle Cuesta arriba, el camino es pesado para dos reporteros que están acostumbrados a trabajar en planos de la ciudad, seguir a un guía que sube un cerro de 300 metros deja extenuada una evidente mala condición física. En el altiplano, una construcción se yergue y mira a occidente, es el segundo palacio arqueológico más bello del estado y pocos lo conocen, un teocali al que es difícil llegar.  

Desde el camino polvoso, poco antes de llegar, se descubre un oratorio de 8.32 metros de altura, y entre los matorrales se yergue imponente El Fortín de Quauhtochco, en un punto que permite una amplia visión que va hasta los valles de Cotaxtla y Córdoba.

 El lugar se encuentra a unos 10 kilómetros de la cabecera municipal de Carrillo Puerto, y para llegar a él se pasa por un tortuoso camino de terracería que va hasta el río Atoyac-Cotaxtla. Sobre él, un puente colgante de 50 metros de longitud, construido con tablones, cables de acero y sostenido por bases de concreto, abre la brecha de escalada enmedio de la vegetación hacia la punta de la pequeña montaña, es un camino "largo y sinuoso" diría la canción.

Con algunos grados de deshidratación, al pleno sol de las 2 de la tarde, la selva hace un marco impresionante a la construcción y centro arqueológico enclavado en el rancho de don Genaro Vázquez. 

Este lugar en algún momento fue punto estratégico durante la rebelión en contra de la Triple Alianza Tenochtitlan-Texcoco-Tlacopan y el tributo que exigía a los nativos. Al menos en dos ocasiones los habitantes de Quauhtochco iniciaron una rebelión, según citan algunas fuentes arqueológicas.

De pie frente a la pirámide, el temor por subir por los 52 peldaños de la escalinata principal se vence ante la promesa de lo que se podría ver y más aún cuando se anticipa una buena foto panorámica.

Entre las piedras de río que componen las escaleras, la yerba crece pero no impide que la curiosidad alcance su objetivo.

Quauhtochco está construido estratégicamente como observatorio inalcanzable, no hay concesiones que permitan a extraños, incluida la gente de prensa, incursionar en la fortaleza, este nombre derivaría más tarde en Huatusco y posteriormente sería heredado a un poblado cercano al lugar.

El arqueólogo Alfonso Medellín Zenil, en su libro "Exploraciones en Quauhtochco", publicado en 1952, cuenta al menos 30 construcciones distribuidas irregularmente en el lugar y precisa que van desde pequeñísimos montículos hasta el gran teocali o pirámide. Los primeros registros, que se tienen del lugar -sigue el arqueólogo- datan del primer tercio del siglo XIX en dibujos elaborados durante una expedición del capitán Guillermo Dubaix y fue hasta 1944, cuando los profesores José Luis Melgarejo y David Ramírez retomaron el tema.

Lo extraordinario -reflexiona el historiador- es que El Fortín, originalmente fue un edificio de 3 pisos sostenido por vigas, el cual fue revestido más tarde por los desniveles que dieron finalmente la apariencia de una pirámide de 4 etapas.

Se considera el único adoratorio prehispánico que en México conserva las huellas de este tipo de construcción.

Lo anterior es confirmado por un nuevo estudio realizado por el arqueólogo Fernando Miranda Flores, en el Informe Técnico Final del Proyecto Quauhtochco, avalado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia y la Universidad Nacional Autónoma de México.

Entrevistado al respecto, Miranda señala que Quauhtochco "es de gran relevancia porque es una de las mejores muestras de arquitectura de estilo mexica que tenemos en el territorio nacional". Indica que posiblemente, a pesar de que la ocupación más antigua del lugar date del año 1200, "las construcciones visibles son muy cercanas al momento de la Conquista", aproximadamente el año 1525.

Profundiza que el sitio es una obra que "fue diseñada y tal vez dirigida por arquitectos llevados desde el altiplano, porque responde muy bien en sus características de diseño a la arquitectura mexica". El único ejemplo similar es el templo ubicado en Castillo de Teayo, en el norte del estado, pero Quauhtochco es una construcción de mayor jerarquía, asegura el arqueólogo.

A cielo abierto la pirámide muestra aún con bastante conservación su oratorio en la cúspide.

Este santuario, que servía para la veneración de los dioses, es un gran recinto rectangular cuyas paredes están formadas por un centro construido con piedra de tepetate sin labrar, en forma de bloques.

La piedra en el frente tiene un gran boquete realizado por "busca tesoros" que atravesaron las 4 estructuras que la conforman.

Al momento el edificio se encuentra enmedio de una selva espesa que contrasta con las cercanías erosionadas del municipio de Carrillo Puerto. "Tengo la idea de que posiblemente el teocali fue ampliado y estaba siendo construido en el momento en que llegaron los conquistadores".

De acuerdo con el mismo Miranda y la belga Anick Jo Elvire Daneels, hacia el siglo XI la zona sufrió de varias incursiones de grupos nahuas como la última expansión del imperio mexica.

Los científicos indican en un trabajo titulado "Regionalismo Cultural en el Valle del Río Atoyac", que la región fue paso de la primera expedición de españoles que llegaron a costas del Golfo de México, del mismo modo, señalan que de acuerdo con Cayetano Rodrigo Beltrán, en una publicación de 1927, la zona perteneció a la llamada "Ruta de Moctezuma".

A pesar de la vegetación, la zona arqueológica ha dejado conocer a los expertos la riqueza histórica del Quauhtochco, aquí se han encontrado braceros, incensarios, platos de cerámica, vasos, comales y yugos, pero también piezas monumentales como esculturas de la diosa Chicomecoatl.

La composición de la zona incluye no solo el teocali principal, sino una plataforma llamada "capilla", aposentos, pretiles y una muralla que protegía aún más El Fortín.

Sin embargo no se ha descubierto todo, la parte que conocemos, indica Miranda, es el gran recinto ceremonial de Quauhtochco, pero falta todavía conocer las áreas habitacionales; los edificios conocidos pertenecen sólo a la última etapa de construcción de la zona.

El Arqueólogo Alfonso Medellín Zenil registró hace más de 40 años que existían 4 hectáreas de construcciones, cuando el sitio llegó a tener una extensión de más de 70 ó 100 hectáreas con varias murallas que protegían el sitio y que permitían hacer de éste un lugar fortificado.

Desde cualquier punto del altiplano se consigue una vista clara, lo que hace suponer que se establecieron asentamientos humanos en este punto fue para vigilar el entorno.

Pero hay un punto más interesante de acuerdo con Miranda: "es posible que para ubicar el teocali se hayan hecho observaciones astronómicas, una línea que está por estudiarse aún se refiere a la arqueoastronomía, parece que es un lugar excelente para observación de las estrellas y las posiciones del sol en el horizonte".

Sin relación con los estudios de los profesionales, anecdóticamente, Genaro Vázquez, dueño de la propiedad y actual custodio de las ruinas, indica que alguna vez, seguido por los rumores que aseguraban la "visita" de objetos voladores no identificados, acudió una noche a la cúspide de la pirámide para confirmar estos "avistamientos".

Y se concreta a decir que sí hubo esas luces aunque también deja la duda a sus interlocutores "¿quién sabe lo que sería? pero yo lo vi".

Actualmente Fernando Miranda Flores y un equipo de estudiosos realizan trabajos de exploración revalorando principalmente la información que obtuvo el extinto Medellín Zenil pero con un enfoque diferente.

Se busca partir del análisis de la arquitectura para llegar a conclusiones más profunda en cuanto al proceso de desarrollo del sitio.

Por el momento, lleno de una vegetación que cumple también la función de proteger los recintos, la zona arqueológica de Quauhtochco permanece cerrada al público y bajo vigilancia del INAH, ante el temor de saqueos.

Aún así, para llegar hasta aquel lugar lejano y lleno de follaje, no bastan las ganas de conocer y aventurarse a perder parte de la suspensión del un auto, sino también una condición física que permita hacer la proeza de alcanzar la cúspide de aquel cerro y lograr, como hicieron dos reporteros, admirarse ante un templo poco conocido que aún guarda intactos varios secretos.

Publicado en El Mundo de Córdoba el 28 de febrero de 1999 por JC Cortés

viernes, agosto 13, 2004

Crisis en la TV mexicana



Dicen que la competencia siempre trae beneficios a las empresas, se presume siempre que es un buen parámetro medirse con la calidad del contrario, sin embargo, es fácil asegurar que esto no ocurre en el caso de las televisoras mexicanas.

Televisa y TV Azteca fueron a Atenas derrochando recursos inimaginables para el telespectador común, la tecnología es evidente, la calidad de imagen impecable, la escenografía, las iluminación, el despliegue de personal y equipo de transmisión por toda la cuna de los juegos olímpicos está de manifiesto. Pero los millones de pesos, que seguramente recuperarán con la publicidad vendida ha venido en retroceso en función de la razón por la cual viajaron hasta Grecia.

Debe el telespectador mexicano ser una clase de bicho raro en el mundo para habituarse a las transmisiones bianuales que representan olímpicos y mundiales que le ofrecen, enmedio de los juegos, malos chistes, parodias mediocres, cultura parcial patrocinada por cervezas y cantantes de talla pequeña.

Cuando en 1986 nació el concepto de Los Protagonistas encabezado por José Ramón Fernández, las bases de la revista que mezclaba humor, crítica y deportes vino al dedo por la carencia de un espacio fresco para ganar televidentes lejanos al futbol, como fue aquel caso.



La explotación de nuevas aristas en la televisión fue muy bien recibida cuando, además de Andrés Bustamante, se unieron Víctor Trujillo, Ausencio Cruz y el, entonces reportero de "El ciudadano infraganti", Oscar Cadena.

Fernández tuvo el tino de explorar nuevas facetas que hoy, y como siempre pasa, han sucumbido al paso del tiempo, decaido y corrompido del formato original generado en tiempos de Imevisión (hoy TV Azteca se jacta de ser la cabeza del concepto cuando nunca fue así).

Casi 20 años después del nacimiento de Los Protagonistas, la ambición de la televisora del Ajusco ha llevado un formato soso que se salva por algún buen momento del Güiri Güiri y en su revista extra deportiva, TV Azteca hace que el televidente pueda ver qué ocurre en Televisa al permitir cantantes desconocidos y pseudo periodistas que dan más importancia a su imagen a cuadro que a los pobres contenidos que ofrecen con datos escasamente culturales y que un niño de primaria puede encontrar en cualquier enciclopedia.

En esta edición de Los Protagonistas, el mismo José Ramón abusa de los buenos momentos y se vuelve del montón, excede en entusiasmo y lejos está del Fernández líder de opinión al hacerle juego a un muñeco de ventrílocuo llamado "Tachidito" (Qué fue una copia de concepto de un personaje de Víctor Trujillo, en el cual el actor encarnaba a un ventrílocuo con un muñeco gangoso que se albureaba de lo lindo a José Ramón Fernández).

A los excesos de Los Protagonistas se suma la pérdida gradual de la gente de peso periodístico, desde inicio de los noventa cuando salió Raúl Orvañanos (que podría ser antes, con la salida de Alfredo Domínguez Muro), Carlos Albert, Francisco Javier González, Antonio Moreno, Ciro Procuna, etc, además de sumarle la notable ausencia de Pepe Espinosa.

Pero, si el concepto de Los Protagonistas ha perdido brillo, nada favorable se puede decir a favor de la siempre opaca copia de Televisa encabezada por un gris Javier Alarcón.



Para esta ocasión, Televisa invirtió en recursos en gente poco notable como Arath de la Torre, Silvia Irabien con escaso palmarés y que nada tienen que hacer en esa competencia, con ellos, la televisora de Emilio Azcárraga seleccionó a comediantes al por mayor, incluido Eugenio Derbez que mantiene una linea que agotó los recursos de su humor y un excedido e inflado Omar Chaparro, que lejos de levantar el vuelo después de su "triunfo" en Big Brother se ha ido a pique y hoy, su televisora intenta darle, lo que al parecer será, el último empujón.

Televisa tiene además, de sobra, la presencia de Yolanda Andrade y Monserrat Olivier, que no terminan por ser reporteras, analistas, presentadoras, cómicas y que son una mezcla mediocre de todo esto, y al equipo que sobra de los que fueran grandes comentaristas de deportes (Televisa ya perdió y aisló a toda la nómina de monstruos de la transmisión deportiva).

La empresa de Chapultepec 18 tiene tan perdida la brújula, que a un día de la inauguración, su programa estelar "La Jugada olímpica", dejó cantar al ex delantero del Necaxa Ricardo Peláez, en un pobre demostración de creatividad de los hombres y mujeres de Televisa, dando al televidente al mismo tiempo, la peor muestra de qué se debe presentar a pantalla.



Pero a esto se suma, la pérdida de capacidad de Víctor Trujillo al insistir en desarrollar un humor ajeno a su origen. Ni Brozo, ni la Beba tienen el terreno fértil que tuvo cuando usaba a José Ramón Fernández como patiño, y por más esfuerzos que hace el equipo de Televisa en seguir la comparsa del comediante, siempre aparece como el personaje incómodo, quien hace cuatro años, aun enarbolaba la bandera del Ajusco.

En conclusión, el concepto original de Los Protagonistas se ha deteriorado, ha perdido peso y ha dejado al televidente mexicano una mezcla extraña y dispensable de imágenes que lo mismo quieren ser humorísticas que culturales, pero que invariablemente termina siendo un producto malo para quienes quieren ver en esencia el desarrollo de las disciplinas.

Para la edición de los Juegos Olímpicos en Atenas, las dos televisoras al parecer se han enfrascado en ver quién hace más ridiculeces y pobreza de contenidos, solo falta ver, su cobertura real de los eventos deportivos, porque en su apuesta con humor y "creatividad", hay un empate y el derrotado es el pobre televidente.