lunes, octubre 22, 2012

Pobre Blanca...

El trueno nos dejó impactados a la pequeña y a mi...

Quizás fue la fuente de poder, quizás fue lo que antes era en las TV el cinescopio, el caso es que Blanca se fue a negros en cosa de un chispazo cuando leía un inocente cable USB al cual transferiría datos...

Aunque obsoleto, era un equipo eficiente, pero cierto, ya viejo en estos tiempos donde la caducidad cada vez se acorta más en cosa de tecnología... es de los tiempos en que Apple respetaba el entorno Mac y sólo permitía procesadores Power PC, en este caso, un G4.

Ya no recuerdo bien el año en que Blanca llegó a mis manos, quizás fue el 2003 o 2004, reluciente y alba de cabo a rabo, que a propósito de rabos, siempre vi que su parte trasera se parecía mucho a la punta de los transbordadores espaciales de la NASA, por cierto, también ya obsoletos y pasados a la historia.

Blanca es una eMac, cuando apareció presumió que era capaz de contenter dos sistemas operativos sin problema, los viejos MacOS 9 y el reluciente X Jaguar...

Su "e" antes de Mac no era otra cosa que el indicativo de que era un equipo Apple destinado a la educación por su bajo costo, esas ideas que tuvo Steve Jobs para mejorar al mundo, y por lo que se sabe, con este modelo ayudó, al menos en EU a que la tecnología llegara a los estudiantes y más allá, debido a que la eMac llegó al público hasta el 2006, cuando se dejaron de fabricar.

Contuvo en sí algunos de estos últimos felinos, pero Blanca se atoró en el 10.3.9, ya no conoció tigres y leones, pero era suficiente para soportar con eficiencia Illustrator, InDesign y Photoshop, también tuvo "sus aventuras" con Fireworks, Flash y sus inconfesables devaneos con la insoportable paquetería Office...

Blanca me ayudó a enamorar a mi esposa con un video hecho en Garage Band y hasta la hizo de estudio de sonido para salvar algunas cosas de Lennon, Tin Tan, Pedro Infante y hasta de Plaza Sésamo.

Escaneó a toda la familia (incluídos los muertos), bajó fotos, videos, armó playlist para pachangas, me hizo feliz albergando en su memoria toda una fonoteca de aquel viejo programa cubano de La Tremenda Corte y en ella se escribió casi en su totalidad el contenido de este blog, hasta ahora... en ella encontré vía web las voces de Rulfo, Cortázar y Borges (impensable conseguirlas antes de internet).

Permitió que se le ampliara su memoria ram (no tanto, a menos de un giga) y nos atrevimos a cambiarle su lector de CD por un "moderno" quemador de "DVDs" que tenía como gran "virtud" ser multiregión sólo cuatro veces (la última región leída sería su "para siempre")...

Compartió felizmente datos con un iPod, pero ya fue incapaz de entablar relación con los iPhones y los iPads, simplemente porque su lenguaje era arcaico ante lo nuevo. Poner a Blanca con un iPhone o un iPad era como hacer entender a Hernán Cortés con su castellano antiguo lo que es un chat, Twitter o una WiFi.

Quizás pueda ser reparada con algunas partes extraídas de otras eMacs, ya algún experto le explicaré los transplantes, "sí, los dos riñones y el hígado, las córneas ¡claro!, ¿se puede el corazón?... no, la memoria no, esa por favor que quede intacta, sólo amplíela... que quede bien aunque se parezca un poco a Wall-e (que también es Mac)".

Pero, también veo lo inevitable, que "al quedar", la advertencia técnica sea terminal: "pues ya quedó, pero no tendrá mucha vida útil y ya no puede escalarse más".

Hoy Blanca está muy silenciosa, no tiene su fiesta ochentera apoyada en las bocinas Altec... no salen sus sonidos Funk, Glass o Sosumi, es materia fría de cristal, plástico y algunos metales venenosos y tengo perdidas las esperanzas que por ahora libere el guitarrazo inicial que emiten todas las Mac...

Pobre Blanca...

sábado, octubre 20, 2012

El chivo dijo sus líneas y se fue vivo...

El protagonista.
Al dicho de "Ave María Purísima", el agua bendita cae en el chivo atado de las cuatro patas y adornado con flores de cempasúchil, dos hombres lo sostienen al centro del escenario mientras miles de ojos ponen atención en la representación "civilizada" del inicio de la Matanza.

Es temporada del mole de caderas, los matanceros bendicen sus labores y con ese gesto también a los miles de chivos que serán (ya son) sacrificados.

El que fuera un evento "privado", hoy es presenciado por cientos de personas, el gobernador Rafael Moreno Valle, autoridades locales y prensa.

El rezo termina con la constricción de todos los actores sobre el cuadrilátero que sirvió toda la mañana para danzas regionales desde tres horas atrás. Aún se ven pétalos de flores amarillas, dulces y pedazos de hojas de tamal.


Todo es seriedad mientras el chivo es retirado temporalmente, ya bendito, para dar paso al ritual que mezcla una oración cantada y un baile amenizado por la Banda municipal de Tehuacán.

Huaraches, huipiles, rebosos, sombreros, faldas largas, calzones de manta, pañuelos y mandiles hacen una lento desfile multicolor que habla de Jesucristo, de las bendiciones y del trabajo de los campesinos.
La bendición del chivo.

"Virgen Santa bendice la matanza", canta la voz del profesor Martín Juárez Gallardo, responsable de la danza de la matanza y director de la Compañía Libre de Danza.

Unos treinta participantes de la compañía caminan lentamente en un acto simbólico y nostálgico, es, un "alabado", un canto que invoca el perdón de pecados y encomienda al "Señor" el alma de los chivitos.


Anuncia que vinieron de muy lejos con nuestros chivos, explica Juárez Gallardo.
Al frente de la peregrinación teatral está Fabiola del Carmen Pérez llevando un humeante y oloroso saumerio.


Vistiendo el traje de Santa María de la Asunción Coapan, Fabiola lleva más allá su actuación: "No nada más es salir al principio, es algo más cultural, algo que hace de nosotros lo que somos en Tehuacán", dice.

El lento andar termina para dar paso al baile, y hombres y mujeres giran, saltan y dan pasos en una danza que siempre tiene como protagonistas a un chivo cargado en los hombros de Emmanuel Méndez y un cuchillo que lo sigue de cerca.

El animal bala sus "líneas" en la obra e intenta zafarse del cuello y manos que lo sostienen, pero es inútil, se sacude y vuelve a balar mientras la música toma un ritmo frenético que hace que las largas faldas vuelen levantando la basura de las danzas anteriores.


La danza apenas lleva 60 años en el escenario y en 1972 ganó un premio nacional de danza. Antes, era de los campesinos que se llenaban de sangre; hoy ya no ocurre eso, hasta puede decirse que el trato al chivo es benévolo y su muerte es simulada entre sonrisas a la vez que el caprino es retirado con la cabeza en una cubeta. No hay heridas. El chivo se va vivo, el ritual concluye.
Acoso permanente contra el chivo.

Aparecen en escena estudiantes de la Escuela Jorge L. Tamayo en una banda mariachi que baila y toca a la vez.

Interpretan varias, pero el gobernador continúa con su agenda y apenas concluye la primera pieza se va, ya no escucha "Qué chula es Puebla".
Las danzas previas, las que dejaron decenas de pétalos de cempasúchil en los bolsillos.
* Publicado en El Mundo de Tehuacán el 19 de octubre de 2012

viernes, octubre 19, 2012

Ante los chivos, su vida es matar y matar...

Sus manos están ensangrentadas y cubiertas de pelos que alguna vez estuvieron en la piel de un chivo.

A sus 80 años, esas manos morenas y arrugadas lo ayudan a explicar cómo es que por seis décadas y media se ha dedicado a la matar y destazar animales para la temporada del mole de caderas.

Esa ha sido la vida para Gabino Martínez Palacios de San Gabriel Chilac, Puebla, un hombre que además de trabajar en el campo, ha estado invariablemente en la matanza para los García, primero para Antonio, padre y abuelo de los Iñigos que se han dedicado a la distribución de carne de chivo para el mole.

Presumiendo su salud, a sus ocho décadas de vida, viudo y con dos hijos adultos, Gabino recuerda sus primeros años en una actividad que se ha vuelto tradición en el Sur de Puebla.

Sobre una mesa, don Gabino 


"Empecé de 15 años y me gustó, yo trabajé con el abuelo de don Iñigo, se llamaba Antonio, y luego quedó su papá, se llamaba Iñigo, se quedó a él (Iñigo García Manzanares), y le gustó el trabajo de la matanza", habla mientras las arrugas del rostro se acentúan cada que enfatiza los recuerdos.

Vistiendo ropa con algunas manchas de sangre, huaraches y una gorra sanitaria que deja ver sus canas, Gabino cuenta con una voz cansada cómo ha cambiado lo que frente a sus ojos, es una línea de producción que empieza con una pistola neumática donde alguna vez hubo un cuchillo.

"En aquellos años trabajábamos solo de noche, empezábamos a matar a las cinco de la tarde y toda la noche trabajábamos, en ese tiempo, no había carros, sólo carretas, con caballos, mulas, íbamos a San Andrés en carreta a Tehuacán", cuenta.

El proceso era a cuchillo de inicio a fin y todo se hacía a la media luz de dos candiles, cuenta de aquel tiempo, hace 65 años: "entonces no había luz, cuando empezábamos a picarlos (a los chivos), poníamos a un muchacho a que agarraba dos candiles, y acabamos de matarlos y comenzábamos a pelar".

El mole de caderas no ha cambiado tanto como el sacrificio de los chivos, pero sí algunos detalles como las bebidas que acompañaban al platillo.

En Chilac, antes lo acompañaban con lapo, recuerda el campesino, "como si fuera tepache, se preparaba con miel de caña y pulque, era sabroso, como si fuera refresco".

Como ahora, parte de la paga era lo que habían cortado de los animales, "patitas, pancitas, tripas".
Gabino ha sido parte de todos los procesos, desde el sacrificio, pelado y destazado, pero ahora ya no entra de lleno a la actividad que mueve constantemente cadáveres de chivos, sino que corta cuernos y orejas a las cabezas de chivo y circula por el rastro empujando una carretilla.

Por un momento, Gabino cruza los brazos marcados por mil surcos en su piel y sus venas y huesos delatan el trabajo en los campos de Chilac y dentro del matadero.

Sin carga de conciencia por la muerte incontable de chivos, Gabino disfruta su trabajo, su labor también ha sido heredada a sus dos hijos que hoy, como él, se dedican a la matanza, ya habrá tiempo de regresar al campo como siempre para sembrar "maicito y calabacita".

* Texto publicado en El Mundo de Tehuacán el 13 de octubre de 2012

viernes, octubre 05, 2012

John, George. Paul, Ringo, Epstein y Martin...

Hoy se cumplen 50 años del lanzamiento del primero éxito de Los Beatles, que no es ajeno a dos figuras detrás del grupo, Brian Epstein y George Martin.

De izquierda a derecha, Ringo, George, McCartney, Epstein, John y Martin.
¿Qué magia tienen Los Beatles?, (Bitles o Bidls como gusten llamarlos) ¿Hay más razones que la simple simpatía que emanaban sus cuatro integrantes como para que a más de 40 años de su desaparición como grupo sigan siendo un referente musical?
¿Fue su talento plasmado en discos la razón? ¿Fue que llegaron en un momento único en la industria del acetato? ¿Fue que la naciente magia del marketing en los 60s los proyectó? ¿Fue sólo la afortunada mezcla de carisma y capacidad de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr?
Es complicado saberlo.
Hace 50 años, justo un 5 de octubre de 1962, los cuatro integrantes lanzaban su primer gran éxito, "Love me do" ya envueltos en una larga historia de anécdotas que incluían el hecho de que el baterista original, Pete Best, fue quien grabó originalmente el tema de Lennon y McCartney baquetas en mano.
Pero no fue para Best la gloria, sino que correspondió a Richard Starkey (Ringo) el honor de grabar aquel disco sencillo bajo la dirección del productor George Martin, quien tuvo la sugerencia de cambiar al baterista.
Desde ese momento, Los Beatles despegaron a la fama como aquellos primeros proyectos espaciales de los 60s.
Si bien es muy complicado asignar a una sola razón el éxito del llamada "Cuarteto de Liverpool", sí vale la pena recordar dos nombres que sobradamente empujaron al estrellato a John, Paul. George y Ringo.

 


El quinto Beatle
Pieza angular en la historia Beatle es Brian Epstein (Manchester, 19 de septiembre de 1934 - Londres, 27 de agosto de 1967).
Aquel vendedor de discos tuvo el tino de tomar la incipiente carrera musical del cuarteto recogida de las oscuras entrañas de la Cavern Club de Liverpool casi un año antes del lanzamiento de "Love me do".
Nada fue igual desde que la noche del 9 de noviembre de 1961, Brian se introducía al humeante ambiente rockanrolero donde cuatro individuos envaselinados y con chamarras de cuero cantaban ebrios y diciendo disparates en el pequeño foro .
"Quedé impresionado de manera inmediata por su música, su ritmo y su sentido del humor sobre el escenario", dijo de aquel momento.
Epstein hizo lo que nadie en la historia musical. Le inventó un marketing a Los Beatles, los limpió y exprimió hasta crearles una imagen única que se complementó con el talento musical. Los encumbró en las listas de popularidad de Inglaterra y Europa, pero principalmente los llevó a la meca de la fama en ese entonces, los Estados Unidos, donde en 1964 la "Beatlemanía" se convirtió en un concepto que sintetizaba una adoración nunca vista, ni siquiera para quien era considerado "El Rey" Elvis Presley.
La dupla Epstein-Beatles sólo pudo romperla la muerte del manager ocurrida el 27 de agosto de 1967 entre historias que revelaron entre otras cosas la depresión del empresario, su adicción a medicamentos y sus preferencias sexuales.
Brian y George Martin.
La importancia del sonido
Ya mencionado, George Martin (3 de enero de 1926 en Highbury, Inglaterra) es el gran responsable de las exigencias acústicas en las piezas de The Beatles.
Desde el LP "Please please me" hasta "Abbey Road", incluídos los 11 álbumes intermedios, Martin fungió como productor en los estudios de EMI (inicalmente en la subsidiaria Parlophone que sellaba a Los Beatles en sus inicios) y posteriormente en los legendarios Abbey Road de Londres (sólo el disco posterior a la desintegración del grupo, "Let it be", quedó fuera de sus manos ya que Lennon le dejó la responsabilidad a Phil Spector).
Con Martín en cabina, las mezclas y las locuras acústicas de Lennon, McCartney y en menor grado de Harrison y Starr, garantizaban un éxito en cada impresión en los acetatos y es que cada pieza de Los Beatles era guiada por el oído de un músico con habilidades sinfónicas.
El productor de Los Beatles no sólo controlaba con talento consolas y amplificadores, sino que además era arreglista, compositor, pianista, guitarrista y no tenía empacho en tomar entre sus manos un oboe.
Sir George Martin depuró la calidad de los primeros éxitos de Los Beatles que salían en crudo de sus instrumentos y facilitó el camino a los complicados inventos que salían de sítaras, melotrones, orquestas de cuerdas, martillazos y eran metidos a pistas y pistas de cintas en los tiempos que todo era análogo, toda la ingeniería musical eran mecanismos básicos, palancas, engranes y aquella y desaparecida tecnología de bulbos.
Finalmente, contestar la pregunta qué hizo grande a Los Beatles sigue siendo complicada de contestar y aquí sólo se exhiben a Epstein y Martin como dos de los detonantes de ese éxito.
¿Fue la época? ¿Fue la fortuna que los llevó a EMI o a los estudios de la CBS donde marcaron la historia de la TV estadounidense? ¿Fue su coqueteo con la música hindú? ¿Fue Neil Aspinall que continuó empujando la carrera del grupo después de su desintegración en 1970?
Lo que es seguro, es que además de los cuatro integrantes, hubo un gran número de figuras y empresas que acomodaron las cosas para que la carrera de Los Beatles siga siendo un viaje mágico y misterioso.