viernes, abril 23, 2021

Y el Óscar a la Mejor Película del 2020 es para...

No acostumbro hacer pronósticos sobre premios de películas porque la valoración es completamente conceptual o los juicios y prejuicios personales pueden variar tanto como el número de entrega de trofeos de las 40 mil instancias existentes alrededor del mundo.

Hay quienes celebran el guión, otros la trama, otros los efectos especiales, otros la fotografía y otros el tema y el mensaje.

Sin embargo, creo que para subir el rating de este blog ;) vamos a hacer un repaso, valoración y pronóstico a las nominadas a Mejor Película en la entrega del Oscar 2021.

Alerta, algunas de las consideraciones que a continuación se enumeran pueden ser spoilers para algunos, así que ya advertidos, continúen:

The Father

Dirigida por Florian Zeller, The Father está muy bien llevada, pero se cae al final.

El factor de la confusión de repente tiene un despunte que sacude al observador, pero no lo supieron manejar al final o fue simple casualidad.

Anthony Hopkins para su edad, representa perfecta y naturalmente al protagonista homónimo, merece el Oscar al mejor actor, pero la cinta se quedó en el altiplano sin llegar a un clímax total. Es muy buena película.


Mank


Esta es otra muy buena biografía llevada al cine con excelente fotografía. La película dirigida por David Fincher tiene sus altibajos que no terminan por convencer como anunciar los flashback.


Extraida como un tipo de spin off de la película El Ciudadano Kane de Orson Welles, Mank aborda la biografía un tanto tormentosa de Herman J. Mankiewicz que debe entregar el script de la legendaria cinta. 


El blanco y negro le da un plus, aunque el encanto de una cinta no siempre es estético y Gary Oldman hace un muy buen papel del escritor y sus demonios. Excelentes diálogos. Le daría fotografía, no sé si a la Mejor Película.




Judas and the Black Messiah


Es una historia que crece lentamente.


Dirigida por Shaka King, el película de Las Panteras Negras no se complica mucho con flashbacks o prospecciones pese a tener documentos reales.


Las actuaciones de Daniel Kaluuya y LaKeith Stanfield son intensas por la lógica y naturaleza de los discursos y polémicas.


Es de esas películas que lucen por estar muy bien ambientada.


Qué "debilitan" a Judas y el Mesías Negro, posiblemente la temática racista que da el toque político en un año en el cual Estados Unidos se recupera del tortuoso paso de Donald Trump por la Presidencia, alguien pensará que esto le da el plus.




The Trial of the Chicago 7


Al igual que la anterior, el tema del racismo son el factor dominante que mete ruido intenso a su nominación, pero bueno, siempre ocurre.


El Juicio de los 7 de Chicago tiene todo para llevarse el Oscar como mejor película.


Quizás el director Aaron Sorkin forzó la situación, pero el juicio no aburre pese a ser un recurso difícil para mantener en el interés del espectador, por el contrario, tiene momentos intensos y consigue emociones a favor y en contra de los personajes.


El despliegue actoral tiene muy buenos duelos con diálogos inteligentes y oportunos. Muy buena ambientación.



Minari


Parece que esta película se filtró a las mejores, es buena en general, pero no tiene el estándar para una “mejor película”.


La historia dirigida por Lee Isaac Chung es muy obvia y con accidentes bastante forzados.


No alcanza a generar emociones, por el contrario y perdón por la dureza, pero parece por ratos un catálogo motivacional.




Nomadland


Esta es una muy buena película.


Aunque la historia es plana, la sola idea de abandono y búsqueda constante la hace seguir de principio a fin.


La actuación de Frances McDormand es excelente, refleja ese perfil de libertad que pocos entenderían en un adulto. Podría llevarse mejor actriz y mejor película.


La película de Chloé Zhao tiene una carga de feminismo, sí, será política su participación, también, pero esto no resta un peso muy fuerte para que sea premiada.



Promising Young Woman


Al igual que la anterior, esta cinta muestra que el feminismo está en su apogeo.


Este thriller dirigido por Emerald Fennell debe verse sí o sí.


Una joven prometedora o Dulce Venganza es una cinta que se ve como un todo, porque sus elementos no son tan fuertes. El papel de Susan, interpretada por Carey Mulligan, podría amarse u odiarse, pero queda volando sin desarrollarse del todo, sin embargo, es una interesante propuesta de denuncia bien resuelta dentro del toque radical.


Sin duda es una fuerte competidora al Oscar por la mejor película, podría ser el tema político de la noche.




Sound of Metal


La historia dirigida por Darius Marder pudo ser mejor y más intensa.


Había muchos factores para disparar el drama; basta imaginar a un hombre, en este caso el baterista Rubén, interpretado por Riz Ahmed, que se queda sordo cuando vive de la música y el ritmo.


El clímax quedó muy mal ubicado; con todo y la falta de fuerza, el desenlace es grato y poético. 




A mi parecer, no sé el de los expertos de la Academia, los candidatos fuertes para el Oscar a la Mejor Película son The Trial of the Chicago 7, Promising Young Woman o Nomadland


Ahora, la De Tocho Academy Awards le da el Oscar indiscutible a El Juicio de los 7 de Chicago y háganle como quieran.


martes, marzo 16, 2021

La firma de "la mano de Dios"...

Viernes relajado en una jornada de trabajo normal en la redacción... de repente, todos corren hacia la explanada interior del edificio del diario Reforma, algunos desarman la edición del día y buscan en particular una sección, la deportiva.

El rumor es: "entrevistaron a Maradona y ya se va" y mientras otros llevaban planas enteras, yo tomé una hoja de papel bond. Eran cerca de las 6 de la tarde del 9 de junio del 2000 y el astro argentino visitaba la Ciudad de México para ver a su amado Boca Juniors enfrentar al Cruz Azul en la final de la Libertadores.

La publicación de la entrevista a Diego en Reforma el 10 de junio del 2000.
Pero Diego no pudo llegar al estadio dos días antes para ver el juego, solo se quedó; el día 8 visitó el Azteca que casi 14 años atrás había sido el escenario de su máxima gloria y cascareó en el llamado Centro Rayo para luego tener una larga fiesta y al día siguiente dar la entrevista a Reforma aquella tarde de viernes.

Todo mundo bajó con la intención de toparse al hombre que había hecho campeón a la selección de Argentina con el pie y "mano de Dios" zurdos, el que había llevado al Scudetto al Nápoles, el que le mentó la madre a los fans detractores en el Estadio de San Siro, el que luego de tocar el cielo se desplomó a los infiernos de la droga y los excesos.

Era el Maradona del 86 con varios kilos de más, ese que metió cuatro goles fantásticos en el Mundial de México y otro que marcó perfectamente lo que era el argentino en la vida, muy talentoso, enorme, pero sin poder evitar hacer trampa.

La TV nos había permitido ver en aquella Copa como a Italia le metió un gol sin ángulo en Puebla, a Jean Marie Pfaff en el Azteca le hizo dos de hechura muy similar entrando por lado izquierdo del área dejando belgas en el terreno, el tramposo gol con la mano y el que hizo como gacela perseguida por un león inglés que nunca lo alcanzó en Santa Úrsula.

Luego de pasar por España y llegar al Calcio italiano, en los ochentas, frente a un televisor aún con 256 líneas en blanco y negro, los domingos era obligado poner muy temprano el Canal 7 de Imevisión, la extinta cadena de Gobierno, para ver un poco de magia de varios cracks, no sólo del argentino.

Si teníamos suerte, casi siempre en la voz de Carlos Alberto o Raúl Orvañanos, podríamos escuchar y ver las faenas de Platiní con Juventus, de Matthaeus con Inter, de Elkjaer con Verona, de Gullit-Rijkaard-Van Basten con Milan y claro, de Maradona en Nápoles.

Muchas veces pudimos ver la emocionante salida de Diego ante el alarido a una sola voz del estadio de San Paolo. Y luego Maradona metiendo gol tocadita a un lado de un portero inmóvil, haciendo un efecto endemoniado de tiro libre, girando como Nureyev, triangulándolo con Careca, hilvanando fino en el área chica entre un montón de defensas enloquecidos, muchas veces.

Maradona, en la gloria del México 86, en gráfica de AP.

Tacconi, Gali, Zenga y otro montón de porteros de aquel tiempo fueron víctimas del endemoniado talento que Maradona desbordaba en las canchas del Calcio.

Luego vino el, para muchos, insípido Mundial del 90, el drama del 94, el fin de las canchas en activo y las caídas y rebotes.

De regreso a aquella tarde del 2002, en lugar de seguir a la turba que buscaba al Pelusa, la lógica me dijo que iba a ser muy difícil llegar a verlo, así que en lugar de seguir a los entusiasmados reporteros, diseñadores y editores mi destino fue el estacionamiento bajo el edificio.

Abriéndose la puerta del elevador me topé con un silencio que duró apenas unos seguidos cuando de algún lado distinguí a Maradona rodeado por un séquito que lo cuidaba de un enjambre de hombres gritando "a mí, a mí, Diego, Diego a mí".

Michelle curioseando sobre el autógrafo de "El 10".

Me bastaron un par de pasos para acercarme a Maradona, extenderle el cuadrito de papel entre sábanas de periódico que buscaban el autógrafo y ahí, "la mano de Dios" garabateó una M seguida de un rayón que parece que dice Diego o Diez.

No necesité más y vi como en dibujos animados, una turba escandalosa se alejaba teniendo en su centro a Diego Armando Maradona. "¡A mí Diego, a mí!"... yo me quedé viendo el papel como si tuviera cierto encanto... aunque en realidad no decía nada... es un garabato sin forma que me había firmado ese hombre regordete que emanaba un aroma extraño, quizás perfume, pero en exceso.

Fue triste ver lo que le deparaban los años "al" Diego. Subió y bajó de peso, recayó en las drogas, regresó a los escándalos y hasta vino a México a dirigir a un equipo sin trayectoria.

Finalmente, el 25 de noviembre de 2020, consecuencia de muchos excesos, Diego murió.

Me quedo con todo lo que nos despertó desde las canchas. Si era de izquierda, fan de comunistas, rebelde que enfrentó al poder de la FIFA y un adicto a las drogas, la comida y las malas compañías, qué, eso no resta valor al talento que en muchos llegó a causar odio.

Difícil que el futbol vuelva a tener a una figura de esa envergadura, pueden muchos jugar maravillosamente, pero no hay forma de alcanzar a un personaje que sustentaba sus carencias en el momento que tenía un balón en sus pies, sus piernas, su pecho, su cabeza o su mano izquierda, la que me firmo un papel blanco.