lunes, julio 22, 2013

Una de vaqueros...

En los tiempos en que la TV ponía como estrenos las series de los 50s y 60s en México, es decir, por allá de los 70s... millones de mexicanos podían seguir las peripecias de Lassie, Flipper, Skippy, Supermán, el Batman de Adam West, La Dimensión Desconocida y por supuesto... El Llanero Solitario.

Por ese tiempo, era común escuchar a mi abuelo entusiasmarse por las películas "de balazos" y en esta categoría caía ese héroe que con sólo sus facultades (y con ayuda de los guiones), acababa con cuanto malandro, abigeo, forajido y robabancos se aparecía por su pueblo.

Él, encarnado por Clayton Moore, acompañado por Toro (a quien le cambiaron el nombre ya que originalmente se llama Tonto) era el héroe. Aún recuerdo haber tenido un cinto con un par de pistolas y un antifaz para simular las peripecias del Llanero, que a punta de "¡Pajiú, pajiú!" protagonizaba largas balaceras inofensivas.

(Para entender ese "pajiú pajiú" es preciso explicar la onomatopeya de los balazos haciendo el ruido en el disparo, chocando en una piedra y evocando el eco de las montañas del oeste estadounidense).

Los dramas del Llanero, porque era verdaderos dramas, siempre ponían en riesgo la vida del héroe, que a su vez exponía a Toro, Plata y Pinto (estos últimos los caballos de los protagonistas, respectivamente) y no había forma de escapar al largo brazo de la justicia...

Cómo olvidar los efectos especiales...  el cabalgar del Llanero con un filme pasando eternamente detrás de él... las caídas de los dobles, las enormes nubes de humo en cada balazo de plata y por supuesto, un sombrero que nunca se perdía por más caídas que hubiera.

Toda esta evocación viene a propósito de la nueva película de El Llanero Solitario que para ser versión Disney les quedó bastante decente.

La pieza no pierde valor pese a que la historia del héroe terminó siendo una comedia para niños, ni porque en Toro, podía identificar perfectamente al Capitán Jack Sparrow emplumado y porque esta versión tenía un toque de aventura al estilo Indiana Jones.

Con todo y eso, Armie Hammer cumple con el papel que ciertamente hace ver a John Reid (la verdadera identidad del Llanero -por si no lo sabían-) bastante humano, distraído e inseguro y a Johnny Depp como el centro de las risas y el talento detrás del héroe. Son un poco como Oliver Hardy y Stan Laurel.

La historia es entretenida, los diálogos chistosos aunque insisto, uno no espera una comedia, sino las proezas a caballo de un héroe que emociona al sonar ese fragmento de la Obertura de Guillermo Tell de Gioacchino Rossini.


Para acabar. El toque Disney meloso y fuera de lugar es ese niño disfrazado de Llanero que aparece al inicio y final y que interrumpe en varias ocasiones el filme. Forzado por demás está el hecho de que quieran dar más protagonismo a Depp haciéndola de Toro viejo.

Por lo demás, bastante palomera la cinta y acá entre nos, es de esas películas que pese a esos desencantos mencionados si la tendría en DVD (mientras el formato no desaparezca).