sábado, septiembre 17, 2016

Dos días con “El Divo de la Avenida Juárez”


De sus canciones sacan el adiós

  • Dan miles de fans una despedida con "Amor eterno" a Juan Gabriel en el Palacio de Bellas Artes que se convierte así en el escenario mayor de su obra y en un mausoleo temporal


Ciudad de México.- Parecía que todo sería fiesta, más que el casi novenario, era un jolgorio sin forma que duraba horas a un costado de lo que es temporalmente un enorme mausoleo de mármol, sin embargo, las primeras notas de "Amor eterno" tocadas por el mariachi “De mi tierra” y luego la voz del tenor Fernando de la Mora, voltearon las sonrisas y apachurró los corazones de miles de personas que esperaban entrar al Palacio de Bellas Artes. El mismo Juan Gabriel había escrito el "adiós" preferido de sus fans.

Aunque las cenizas fueron depositadas en el vestíbulo principal del recinto cultural, el afecto, admiración y homenaje está y estuvo afuera, donde la gente desbordó las principales calles del centro de la capital mexicana.

Por el centro de la Alameda no hubo orden musical en lo que era fiesta durante las horas previas a la llegada de las cenizas, los temas del Divo de Juárez iban de los años 2000 a los ochentas, paseaban por los temas noventeros de telenovela y regresaban a los setentas. De "Querida" a "Abrázame muy fuerte", de "No tengo dinero" a "Hasta que te conocí"; sonó el mariachi, la balada, el rock, el country y cuando la gente más alegre estaba recordaban la muerte del Divo con "Amor eterno" y más de uno o una soltaba el llanto.

La popular manifestación estuvo vigilada por más de 2 mil policías, protegida por kilómetros de vallas metálicas y narrada por unos 300 medios nacionales y extranjeros acreditados.

Había gente de McAllen, de San Diego, de Guadalajara, Mérida, Toluca, Veracruz, de todo su "México querido" formando dos prolongadas filas, cargando flores, discos viejos y nuevos, fotografías vi más y nuevas, mensajes improvisados, poesías, canciones dedicadas y hasta una serie de Lotería Nacional dedicada a Juanga que en sí ya era un premio.

No faltó la vendimia pañoletas con fotos del hombre de Parácuaro, Michoacán, periódicos, revistas, pósters, discos piratas con más de 130 canciones y USBs de 30 pesos con toda la discografía de Juanga.

El Palacio de Bellas Artes, que más que bellas eran vallas, fue un fuerte impenetrable con filtros policiacos innecesarios que sólo atestiguaban a hombres y mujeres entre los 30 a 40 años en promedio, que no dejaban de presumir haber ido a un concierto, a 20 conciertos, a tener un disco autografiado, a haber dialogado con él o incluso haber cantado con él.

Entre fans "comunes", aparecían repentinamente imitadores que hacían nudo las filas y se daban vuelo arrastrando las notas de clásicas como "El Noa Noa", "Yo no nací para amar", "Siempre en mi mente" o "La Farsante" sin importar el ronroneo de los helicópteros que daban vueltas incansablemente a la Alameda.

Hubo un último momento de alegría aún sin tocar, cuando llegaron las cenizas en una carroza manejada por un Eje Central completamente bloqueado, dentro los restos de Juan Gabriel recibíeron aplausos, vivas y porras antes de ingresar por uno de los accesos a Bellas Artes.

Entonces apareció el mariachi, la voz de De la Mora, "Amor eterno" y comenzó la nostalgia y a entender conscientemente que Juan Gabriel está muerto y que esto lleva a la tristeza a la que tanto le cantó; y luego, Aída Cuevas con la voz quebrada interpretó "Te lo pido por favor" y contagió su ánimo causando el enrojecimiento de ojos o el llanto inocultable de aquellos hombres y mujeres atrapados en el cancionero de Juanga.

Y luego la fila se movió y dentro del Bellas Artes, que lo había recibido con llenos totales en 1990 y 1997, nuevamente se abría para él y su música, pero sin su presencia y voz, convirtiéndose temporalmente en una urna ardiente que recibirá a sus fans hasta este martes,

Ahí, al centro del vestíbulo principal sobre una columna de piedra negra fue depositada la urna de madera que luce una Virgen de Guadalupe,  las siglas de su nombre A. A. V. y un par de cifras: 1950 2016.

Sobre la alfombra roja sus amigos y colegas hicieron guardias de honor mientras la gente, calculada en unas 500 mil personas, comenzaba a desfilar lanzando una pequeña oración apenas audible, un beso o una despedida.

Afuera, el show continuaba, un mar de personas caminaba por la Avenida Juárez y se marchaban, pero su gente, sus miles de fans, extraían los trozos más tristes de las canciones de Juan Gabriel para decirle "adiós".


Homenaje eterno

  • La música de Juan Gabriel volvió a estremecer a sus fan que no dejan de mostrar su admiración y afecto en un desfile interminable; esperan horas para rendirse al Divo por unos segundos


Ciudad de México.- Detrás de la urna de Alberto Aguilera Valadez el vestíbulo se parte en dos en una “Y” que por un momento se convierte en un pedestal de mariachis, inicia así el segundo día del homenaje que arrancó la tarde del lunes y que parece que no tiene fin.

Han pasado unas 18 horas desde los primeros homenaje espontáneos y la fila de fans ha esperado de madrugada, bajo el frío de la noche entre las calles del centro capitalino y entre los árboles de la Alameda.

El desfile de admiradores continúa acompasado por grabaciones de la música y actuaciones que suenan en bocinas oficiales y no oficiales, pero ahora regresa la música "en vivo".

El Mariachi Gama 1000 aparece vestido de negro y plata sobre las escalinatas y sus cantantes bajan a la alfombra roja frente a las flores que ha mandado la Presidencia.

Seis violines rompen el rumor del Palacio de Bellas Artes con las notas iniciales de "La muerte del Palomo", cantan de abandono, de llanto y de muerte y después una versión ranchera de "Abrázame muy fuerte".

La frase "que nunca volverás" de "Se me olvidó otra vez" los músicos vuelven a mover sentimientos de los fans que no sólo están pasando frente a las cenizas de Juanga, afuera también se puede ver en pantallas gigantes lo que ocurre en el enorme palacio.

"Yo me estaría toda la vida, siempre a tu lado", el Gama 100 convierte el bolero "Si quieres" en una melancólica súplica para después hacer una pause y los violines vuelven a estremecer con el arranque de "La diferencia".

Terminan el primer lote de temas de Juan Gabriel tocando y cantando "Amor eterno", que se ha convertido en el himno de la ceremonia y la pieza preferida para decirle "adiós"al Divo de Juárez y otra favorita de los fans: "Te sigo amando".

Así, con el mariachi que le dio múltiples éxitos al michoacano comenzó otra maratónica jornada en el segundo día de un homenaje pocas veces visto en México.

"¡Viva Juan Gabriel!", "¡Nunca vas a morir Juan Gabriel!", "¡Adiós Juan Gabriel!", le gritan voces femeninas en el vestíbulo y su eco retumba en la gran bóveda de mármol. Ha valido la pena la espera de horas para esos segundos que pasan frente a la urna y que en varias ocasiones son rotos por las voces de oficiales de la Policía Federal que les ordenan "¡Avancen por favor!".

Afuera, en el templete metálico instalado frente al Palacio, la Orquesta Sinfónica del Estado de México afinaba instrumentos, mismo lugar donde la noche del lunes, estrellas como Lucía Méndez, Pablo Montero, Aída Cuevas y Fernando de la Mora habían hecho recordar los temas del creador de "Querida", igual que los músicos y coros de Juan Gabriel y el Mariachi "De mi Tierra" que acompañaban al cantautor en sus shows.


Se previó que el homenaje concluyera a las 19:00 horas podría extenderse hasta que el último fan salude las cenizas del Divo.

Crónicas publicadas por Diario El Mundo los días 6 y 7 de septiembre de 2016