miércoles, septiembre 08, 2004

Humberto Vélez, otro integrante de la familia Simpson

Integrado sin darse cuenta a la gran comunidad de Springfield, el actor da vida en español a Homero en la serie más antigua de dibujos animados de la televisión mundial; atrás de la voz hay una larga historia antes que Los Simpson llegaran de la Fox a México


Humberto Simpson/Homero Vélez

El grito del representante de Matt Groening en México fue "That's exactly what I want, I want this guy!", (¡es exactamente lo que quiero, quiero a este tipo!), y con esa frase se selló la suerte entre Humberto Vélez y Homero Simpson cuando Fox Television miró hacia el sur y decidió traer a Los Simpson en español.

Francisco Humberto Vélez Montiel, mejor conocido como Humberto Vélez en el mundo artístico, recuerda a detalle su primer encuentro con la que consideró una horrorosa serie de monos amarillos, pero también tiene frescos los testimonios de una carrera que nació muy temprano entre Orizaba, Veracruz y Tehuacán, Puebla.

No está invadido por el personaje calvo de la gran barriga, en su voz escasamente se escucha la caricaturesca y torpe voz de Homero, habla fuerte y recuerda una vida real que inició en tierras veracruzanas hace 49 años, tiene un plan de vida establecido desde antes de toparse con los Simpson, serie animada que, no lo niega, le cambió la vida, pero que invade apenas el .002% de todo lo que representa Humberto Vélez, un actor de teatro, televisión, y por supuesto, doblaje.

¿Quién es Humberto Vélez?...¡¡oouh!!

Explica su persona: "soy una persona siempre en transición, nací en
Orizaba, Veracruz. el 30 de marzo de 1955, por lo tanto estoy
cumpliendo 49 este año.


Vélez en su infancia

"Estudié primaria y secundaria en Tehuacán, Puebla, que se llamaba colegio Benavente y después fui a Dayton, Ohio en 1972 a estudiar teatro en un intercambio estudiantil del Club Rotario, allá también estudié construcción escenográfica, dirección escénica porque desde muy pequeño había reconocido mi vocación de actor".

Al regreso a México siguió estudiando artes escénicas en la escuela Andrés Soler y en diferentes cursos para finalmente comenzar su trabajo actoral en 1978.

Resume: "entré a una compañía que se llamaba Carrusel Infantil que ponía una obra cada domingo y después pasé a radio en 1979 haciendo unos cuentos, entré a UTEC, el sistema de Telesecundaria de la SEP, ahí escenifiqué clases y después fui a canal 11, hice telenovelas, aparecí en "Quinceañera", pero muy pronto caí en el doblaje hacia 1985.

La vida doblada... mmmmmh cerveza...

Los inicios en el doblaje empezaron con Los Pitufos y con los superhéroes del Salón de la Justicia, para después desgranarse personaje tras personaje en un mundo en el cual es vital saber manejar la voz.

"Caí al doblaje en una compañía que en ese estonces se llamaba Servicios Internacionales de Sonido, mejor conocido en el medio 'doblajero' como Oruga, porque la calle originalmente se llamaba Oruga (...) ahí empecé haciendo pequeños papelitos en Los Pitufos, en Los Superamigos y en series como "Hill Street Blues" (llamada en México El precio del deber)".


Simulando el doblaje

Fue el tiempo en que muchos actores comenzaron a dejar el doblaje para incorporarse a otras actividades.

Ejemplifica: "cuando Carlos Segundo, quien hizo la voz de Woody en Toy Story, se fue a hacer comerciales dejó un galán que se llamaba "Face" en una serie que se llamaba "The A team", y él lo hizo cuatro años y yo cuatro, y así empecé a hacer papeles en doblaje. Cuando Héctor Reinoso se fue a hacer películas me quedé con el "coronel LaRue" de "El precio del deber".

Los Simpson esperarían hasta 1990 y en este periodo Vélez tuvo tiempo para instalar un estudio de grabación y mantener su carrera como actor de doblaje, teatro y cine.

Una decisión de imagen...¡¡uuaaaaajuuu!!

En el principio fue la vocación, luego la artisteada, cuenta Vélez, pero fue traumático saber que no estaba dotado para la televisión, no
se trata de una crítica contra el medio, es una realidad que le costó incluso terapia sicológica.

"Como se ve, dotado para televisión pues no estoy con este méndigo
físico, no se trata de ser amargoso, así es y punto, el físico no me da para entrar al teatro o televisión o al cine, ahí se necesitan personas altas, rubias, bonitas y yo no soy así, le busqué por muchos lados y la serenidad que tengo para decirle ahora no la tenía cuando era chavo, y me frustró muchísimo, fue un trabajo mental enorme para quitarme la frustración".

Agrega: "cuando entendí que no estaba dotando para ser actor de imagen y comenzó un trabajo doble, busqué la 'desfrustración' y la chamba. Por un lado tomé terapias siquiátricas y por otro le busqué la chamba hasta que caí en Oruga, cuando caí ahi fue maravilloso porque ahí es la voz no importa el físico, con que sepas manejar la voz y con que tengas herramientas actorales".

Decidido asumió que ya no iba a haber fama, dinero, entrevistas, ni Oscar, ni nada, pero llegan Los Simpson y resulta que sí hay fama, entrevistas, televisión, "aunque sea una probadita", pero la hay.

Músico con un disco de 14 piezas compuestas y grabadas por él qué no escucha ni su esposa, su padre y "mucho menos" sus hijos, Humberto repasa las opciones que se quedaron atrás por varias razones.


La música, otro atractivo

"Si no hubiera sido la actuada hubiera sido músico. No hay más que
me guste que la música, pero canto muy mal y soy muy lento para tocar y compongo muy feo. Hago música de clóset, no se la enseño a nadie, pero no lo dejo de cultivarlo, investigación musical por ejemplo".

De este oficio presume: "armé un disco de 14 canciones y al escuchar la última me dije 'que malo eres, qué bueno que no te dedicaste a lo que más te gusta'.

La otra opción, recuerda, era el sacerdocio, labor que descartó al conocer la Iglesia desde dentro.

"La única razón por la que la dejé fue por conocer a la Iglesia desde dentro, estoy absolutamente en contra del cien por cien de todo lo que significa la Iglesia Católica, y no se puede ejercer el sacerdocio católico sin la Iglesia Católica (...) es lo que yo quería, esa era la alternativa".

En este punto presume los antecendentes de su padre, Humberto, un hombre multioficios que igual fue abogado que comerciante, vendedor, periodista y maestro y de su madre, Thelma Beatriz, una profesora ya fallecida que tuvo cuatro hijos con quienes vivió en varias partes de la república.

Rompiendo reglas... mmmmh chocolate

Dato extraviado es el siguiente: Humberto Vélez dobla a Homero, pero pocos reconocen de él la voz del presentador que surge con las nubes y la frase The Simpsons al iniciar cada emisión.

Ese mérito, menor en teoría, es superado por ser la voz oficial del jefe de la familia Simpson y por la audacia del grupo de actores que se dedicaron a romper con las reglas de un doblaje establecido y anacrónico para las pretensiones de la nueva serie.

"Los Simpson llegan en un momento de doblaje para mi que era muy feliz, en un momento muy excedido en trabajo, trabajaba 14 horas diarias, era actor, titulero, representante sindical, locutor de comerciales, dormía como dos horas al día.

"Mil novecientos noventa era un auge en el doblaje, había mucho que doblar y toda Sudamérica estaba colgada de lo que nosotros hiciéramos y la televisión mundial estaba empezando a salir de, lo que a mi me parece que fue un bache".

Vélez considera que se había caído en un negocio con fórmulas en materia de doblaje y no a través del arte: "como se vendía tanto se habían hecho normas como por ejemplo hacer un lenguaje universal muy extraño en los que los helados eran mantecados, el garage era la cochera y el sandwich era el emparedado.

"El doblaje era así: ‘voy a encerrar mi auto en la cochera porque se me pinchó un neumático’ y puras babosadas todo con el ánimo de vender a toda Sudamérica para que nadie se ofendiera si nosotros decíamos el saco o la papaya".

Según Vélez, la serie animada "El Conde Pátula" marcó un antecedente en cuanto al lenguaje usado para series en idiomas ajenos al español.

Para el actor, el trabajo de Moisés Palacio fue diferente y tuvo éxito entre el público de tal modo que cuando llegaron Los Simpson el grupo pensó que "iba a ser un crimen usar el viejo lenguaje, en vez de que Bart dijera ‘cómete mis calzones" iba a decir ‘deglute mi ropa interior’, iba a ser ridículo".

En este punto señala que sin pedir permiso a la compañía, una filial de Televisa, se arriesgaron y todo Sudamérica aceptó los mexicanismos, "los habían aceptado antes con el Chavo del 8, yo no sé cual era el miedo del doblaje?".

Vélez hace una observación sobre la serie Los Simpson y su creador, el caricaturista Matt Groening: "desde sus arranques fue muy bien cuidada, en la Fox lo dejaron hacer lo que quisiera, Groening siempre tuvo que ver y el doblaje no fue la excepción".

"Cuando la exportaron, él (Groening) pidió supervisar todos los doblajes del mundo a través de su oficina de Bongo".

El negrito en el arroz en cuanto al doblaje es la burocracia sindical que reducido la calidad en un 40%.

Considera Vélez que casi la mitad de la calidad del doblaje se ha perdido gracias a la burocracia sindical y actualmente, tras el cambio de empresa de Audiomaster 3000 a Grabaciones y Doblajes varios personajes quedan fuera.

"Por ejemplo el actor que hace al profesor Frink no puede ir a trabajar, el actor que hacer a Carlos (el amigo de Lenny) tampoco, el actor que hace a Smithers tampoco ha ido. Apu, ya perdió su voz original y el segundo Apu tampoco puede ir", dice.

"Hay una falta de respeto absoluta para el público, pero hay cosas que se manejan en México sin la visión para el público, importan más las cosas corporativas, las cosas de intereses económicos, sindicales, importan más otros intereses".

Loos siiimpsoooon....¡me quiero volver chango!

La serie llega a México a través de un convenio entre la cadena Fox y Televisa, pero las opciones para la empresa estadounidense se extendieron a otras opciones de doblaje y de transmisión.


La creación de Matt Groening

Humberto Vélez aparece en Los Simpson circunstancialmente, ocurre una carambola de tres bandas y la fortuna llega después de más de 500 actores rechazados que realizaron un casting que duró cinco días.

Antes de contar su historia, el actor respira hondo para comenzar a detallar paso a paso su encuentro con el representante de Matt Groening.

"La Fox hizo un casting gigantesco en muchas compañías de doblaje, primero llegó a la compañía que doblaba la serie de Tracy Ullman (la voz la realizó en México Lupita Leonel) donde aparecían Los Simpson en capsulitas de 30 segundos.

"Después lo hicieron en Audiomaster (propiedad de Televisa) y se acabaron a los actores, a mi no me habían invitado, a mi me agarraron de pura casualidad saliendo de una sala a otra, yo vi al gerente de producción jalándose los cabellos y me acerqué a preguntarle que qué le pasaba y me dijo ‘es que hay un gringo que trae una serie de unos seres amarillos prógnatas, groseros albureros y él dice que es la serie más maravillosa del mundo".

El gringo era el representante de Groening que encabezaba un grupo de funcionarios de la Fox para supervisar las pruebas de voz.

Sigue Vélez, "este gerente me agarra de la mano y me lleva por los pasillos de Radiópolis y me dice ‘tengo cinco días de hacer el casting y nadie le puede llegar, ayúdeme, métase a la sala y hágales el casting mientras yo voy por un actor’, y yo dije ‘qué poca madre, y yo qué soy, tienes cinco días y no me has llamado al casting, quieres agarrarme de comodín
y todavía dices que vas por un actor?".

"Ahí le agarré un poco de animadversión a la serie y cuando vi el monitor del operador pensé ‘sí tiene razón, qué es esto, es espantoso".

Teniendo como testigos a un grupo de ejecutivos de Televisa y tras una espera de 20 minutos en lo que otro actor concluía su prueba, en la cual Vélez se aprendió el diálogo y las indicaciones de Fox, finalmente ingresó al estudio para ser por primera vez la voz en español de Homero Simpson.

"El gringo pide un descanso, y aprovecha el gerente para entrar conmigo y decirle, sin dejarlo mover, ‘mire aquí está un actor pruébelo de una vez mientras voy por otro’, el gringo estaba harto pero era muy profesional (...) yo estaba fastidiado, había perdido 20 minutos, me habían ofendido afuera, la serie no me gustaba y aparte tenía 14 años menos que ahora y era prepotente, sangrón y payaso".

Lo que más tarde consideraría el actor como una "prueba de vida" llegó de la mano de aquel "gringo" a quien Vélez saludó con una mínima cortesía.

"Esto se trata de lo siguiente, dijo el representante de Fox, y le digo ‘sabe qué, ahórrese su explicación, tengo 20 minutos allá afuera, sé de memoria lo que usted quiere, vamos a acabar con esto de una vez por todas, páseme esta prueba.

"El cuate se volteó de espaldas a mi con las manos atrás cruzadas y veo en el fondo del estudio que están todos los vicepresidentes de Televisa (...) quise medio corregir y los fui a saludar y los veía como diciéndome 'no seas imbécil, esto es un contrato millonario, no hagas eso, es el cliente".

Llega la prueba finalmente y aparece la familia Simpson en el capítulo de la primera temporada titulado "Una familia modelo" en la escena en la que Marge lleva gelatinas a la casa del señor Burns.

"Yo había buscado la voz afuera y cuando termina la secuencia que hice de memoria, de una sola toma bien sincronizada con la voz que quería, el gringo da la vuelta y señala mi cara con un dedo y grita ‘That's exactly what I want, I want this guy.

"Dije ya me la partió, y para acabarla ya me quedé con la serie y con el mono más grande que seguramente ha de hablar un chorro. En ese momento me di cuenta que Homero era dificilísimo porque en una sola frase llora, se ríe, patalea, grita, berrea, susurra, se enamora y tiene tres orgasmos en 30 segundos y eso es verdaderamente difícil, tienes que estar cambiando de ánimo".

Humberto Vélez había adquirido para este momento un apellido que lo sigue permanentemente sin afectarle de modo tal que ahora, puede considerarse "la señora Simpson".

El actor no midió las consecuencias de la serie que calculó durarían menos de tres meses y hoy se acerca a sus primeros 15 años.

"Esa fue la última vez que yo volví a ver a alguien de la Fox. Así entré a hacer Simpson, desdeñando la serie".

La antipatía a los Simpson ha quedado atrás y Humberto Vélez es el director del doblaje de la serie desde hace más de cinco años, cuando en la temporada 9 asumió las riendas de las voces de toda la comunidad de Springfield.

Cambio de vida... mmmmmh rosquillas

Los Simpson se transmitieron por primera vez una tarde de 1990 en canal 5 de Televisa, y por razones que Vélez no se explica pero que atribuye a ejecutivos de la empresa, pasó al recién inaugurado canal 7 de Imevisión.

Con la serie en marcha la vida de Humberto Vélez comenzó a sufrir cambios.

Cuenta que primero tuvo que dar marcha atrás a la terapia que había echado atrás de considerarse fuera de la fama y de repente la Universidad Iberoamericana lo llama a una conferencia que llena un salón.

"Claro que cambió mi vida", dice, "sin Homero la gente seguiría sin escucharme, aunque yo supiera como hacer las cosas, antes, durante y después de Homero Simpson (...) ahora la gente te cree lo que no te creía antes, ahora me hablan para dar decenas de conferencias en todo el país para decirles cómo se hace el doblaje e incluso e ido más allá y he dado conferencias de educación vocacional.

"Homero no me ha dado a ganar dinero, pero sí me ha dado chance de ganar dinero por otro lado, la serie me la pagan a lo que se paga normalmente cualquier otra serie, el sueldo normal, que es bajísimo, es de alrededor de 250 pesos por capítulo, como director ganó 1000 o 900 pesos por capítulo y por retransmitirlo no se obtienen regalías".

Soy Homero, no soy Homero... ¿eso lo dije o lo pensé?

Vélez analiza a Homero, lo mira de frente y sabe cuánto se parece y cuánto discrepa con el trabajador de la planta nuclear de Springfield.

"Me parezco muchísimo y discrepo muchísimo, lo cual es paradójico, porque Homero es paradójico, porque el humano es paradójico, Homero es un éxito porque es verdad, no es el de Guardianes de la Bahía que mide dos metros y que está bien mamado.

"Homero existe, tiene una panzota, unos cachetotes y se está quedando pelón, nos parecemos muchísimo porque somos seres humanos, él no es de tinta, él es humano, yo también soy humano y nos parecemos en muchos defectos y muchas cualidades".

Hace un recuento de similitudes, el gusto por la cerveza aunque el actor ya la haya dejado, en actuar en buena fe, el sentir animadversión por algunas personas como lo hace Homero con Flanders, soy muy ordenado y él no, nos parecemos en que somos fieles, yo le soy fiel a mi esposa, soy absoluta, definitiva y estúpidamente fiel a mi esposa".

Y las diferencias, "yo sí tengo un plan de vida, él vive a tontas y a locas haciendo lo que se va presentando en ese momento, y en eso yo estoy totalmente en desacuerdo, hace mucho que no sé lo que es vivir así, desde que era adolescente tengo un plan de vida, planeado incluso por escrito".

Argumenta que Homero es sólo el ".002%" de lo que hago tomando en cuenta que cada año se doblan 26 capítulos en 13 días de sesiones.

El actor asegura que ha aprendido a aceptar la realidad: "es una verdad que podría cambiar metiéndome a un programa de televisión o radio que me hiciera famoso por mi mismo, pero no lo voy a hacer, me gusta mucho doblar, no quiero ser estrella, no tengo esa madera y soy la señora de Simpson".

Humberto Vélez está complacido con la serie, aprendió a respetarla, a admirarse con capítulos como el fragmento de "Homero al cubo" (donde el personaje se vuelve tridimensional) y a resignarse que tiene un pedazo de fama que no esperaba.

En casi 15 años, el actor se ha convertido sin darse cuenta en un integrante más de la familia Simpson, sin los rasgos de los dibujos, no precisamente habitando la calle Siempreviva y con la piel un poco menos amarilla que Homero.

Imágenes tomadas del sitio www.humbertovelez.com

Entrevista publicada por JC Cortés en el El Universal online en enero de 2004

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me uno a lista de admiradores de un gran actor de doblaje, pero sobre todo un excelente compañero de trabajo.
Gracias a Humberto Velez hemos entendido a Homero Simpson y nos divertimos con la serie porque se ha encargado de diluirlo, de de desmenuzarlo, de darnoslo en nuestro muy "especial sentido del humor" y eso pocos actores lo logran.
¡FELICIDADES HERMANO!
Attm. Luis Alfonso Mendoza
(El conde Patula)
alfonsomendoza@starmedia.com
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