miércoles, septiembre 08, 2004

El fin del Génesis

Hacia algunos días atrás había visto un artículo que llamaba a poner atención al cielo en el oeste estadounidense para ver, lo que sería una gran estrella fugaz, que no iba a ser otra cosa más que la sonda Génesis, que venía de regreso por un paseo solar para recoger átomos y algún tipo de materia proveniente de nuestra estrella.


Imagen simulada de la sonda Génesis en el espacio

Pensé que sería un buen espectáculo para quienes nos gustan las cosas más allá de la atmósfera, más allá de la gravedad terrestre, más allá de la influencia solar y más allá del último punto luminoso en una noche realmente oscura.

También pensé, cuánto podría traer Génesis, y si sus mecanismos no habrían sufrido algún desperfecto al exponerse al golpeteo de explosiones termonucleares gigantes de helio e hidrógeno.

Estos juguetes, son apasionantes, viajan solos, traen órdenes para una vida limitada y como Génesis, a veces regresan y otras no, como las Voyager, que han salido de la última influencia solar más allá de la órbita de Plutón.

Lo sorprendente de esto, es que Génesis traía la orden de regresar a un punto determinado del territorio estadounidense, increíble, simplemente increíble. Yo no atinaba al hoyito al jugar a las canicas, y debe ser tiempo que no lo conseguiría.

El triste caso, cuando desperté, fue que precisamente parte de la información era que tras un viaje de tres años, quizás afectada por el calor del sol o quizás una enigmática fuerza desconocida había querido que la sonda no llegara como se esperaba para dar a conocer información valiosa sobre el nacimiento de las estrellas, y en particular, del funcionamiento de la estrella que nos permite vivir.


La caída a 9.8 metros por segundo

Fue muy triste, ver después en un video, como en una prolongada agonía, el artefacto era atraído vertiginosamente hacia el punto central de gravedad terrestre, y caía enmedio del caos, girando, mientras quizás por dentro un "click, click" intentaba activar un aparato descompuesto dentro de su mecanismo. Y al final ¡plas!, enterrada a la mitad en la arena del desierto de Utah.


El fin

Simplemente el paracaídas no abrió, algo se descompuso.

Fue un gran intento, sin duda, y un logro, como muchos otros, que cientificos de diferentes nacionalidades, a través de la NASA, consiguieran el 90% de su tarea, y que el 10% restante, el más importante, quedara aplastado contra su peso mientras dos helicópteros giraban a su alrededor.


La autopsia de la sonda

Fotos difundidas por la NASA

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