Museo de Arte del Estado en Orizaba
Por Juan Carlos Cortés S.
Publicado el 25 de julio de 1999 en el suplemento Pre-Texto del Diario El Mundo de Córdoba
Aún cuando sigue envuelto en la polémica desatada por el traslado de las pinturas de Diego Rivera, el Museo de Arte de Estado en Orizaba, sigue siendo el inmueble más importante que acoge las obras más relevantes de artistas veracruzanos del siglo XIX y mediados del siglo XX.
Pero el museo no destaca sólo por el valioso contenido que se ve iluminaado en mamparas, sino que en sí, el inmueble es una importante pieza arquitectónica de mediados del siglo XVIII.
Instalado en el antiguo oratorio de San Felipe Neri, el recinto está constituido por nueve salas de exposición formadas en un orden que va desde un pequeño museo de sitio a los espacios dedicados a los pintores José Justo Montiel, Ignacio Rosas y Gonzalo Argüelles Bringas.
Así también hay salas para los artistas formados en la academia de San Carlos (entre ellos, José María Velasco y Juan Cordero), los pintores de los siglos XVII, los artistas viajeros y su recreación de los paisajes de la región, los artistas 'modernos' de principio de siglo y una sala para la pintura regional veracru zana que inciuye a pintores de Tlacotalpan (Salvador Ferrando y Alberto Fuster) y Xalapa.
Un recorrido completo lleva más de una hora para disfrutar tranquilamente del colorido.
Hay en exhibición más de 280 piezas entre pintura, litografías y dibujos, y cabe mencionar que todas pertenecen al Gobierno del Estado, como parte de las cerca de 600 que tiene en total, distribuidas en la entidad.
Dice la actual directora del museo, Cecilia Santacruz Lagagne sobre la obra que se expone permanentemente: "el museo es un espacio donde se muestra el arte veracruzano principalmente del siglo XIX y primera mitad del XX, es una como una extensión del Museo Nacional de arte, es muy importante este museo porque es único en su género".
De ella destaca la obra de Justo Montiel, a quien la misma directora comenta que se le realizará un homenaje a 100 años de su muerte, y las pinturas de Ignacio Rosas, Eugenio Landecio (maestro de José María Velasco) y Gonzalo Argüelles Bringas.
En la salas dedicadas al orizabeño Rosas, existe un dibujo de la fotógrafa italiana Nahui Ollin y una atractiva pintura de 1880 perteneciente a Velasco en la que muestra un brillante cometa sobre un valle.
Fachada y patio central del museo (Fotos JC Cortés)
Curiosamente, el número de visitantes al museo decrece en tiempo de vacaciones cuenta Santacruz Lagagne.
En promedio, al menos 700 personas visitan mensualmente el inmueble, número que se reduce en período vacacional.
La polémica Rivera
Desatada la polémica por el traslado a Xalapa de 36 obras del pintor guanajuatense Diego Rivera y que permanecieron durante 6 años en el Museo de Arte orizabeño, no se vislumbra su regreso.
Trasladadas a la capital de¡ estado, aún cuando no hay documento que avale el cambio, el Instituto Veracruzano de la Cultura a cargo entonces de Rafael Arias Hernández, justificó que bastaba que la custodia de los cuadros de Rivera le correspondiera al gobierno del estado por ser de su propiedad: eso es "más que suficiente" (La Jornada 2 de diciembre de 1998).
Con relación en el hecho, la directora se deslinda de un posible regreso,
"Eso depende de una decisión que está más allá de nuestro alcance, tengo entendido que van a conformar un consejo académico, con autoridades académicas que son las que determinen el destino del acervo".
A pregunta sobre si habrá que resignarse por la pérdida, sin contestar en forma directa agrega: "más que resignarse o pelearlos o toda esta historia, yo creo que lo importante es establecer un programa de adquisición de obra" (desde los ochentas no se adquiere obra).
Actualmente dice que dentro del museo, desde octubre de 1998 se conformó un consejo consultivo para el mantenimiento del inmueble y se trabajó equipando todas las salas.
"De hecho las obras estaban colgadas directamente al muro, así si podrían sufrir daños, pero ahora tenemos todo controlado".
Asegura que tienen sistemas contra el exceso de humedad, nuevas mamparas y sistema de iluminación,
Por el momento, a casi un año de tomar posesión la administración de Miguel Alemán, dice que hay apoyo pero para conseguirlo se hacen "ciertas gestiones ... estudios".
El inmueble aún así luce
Al momento, independiente a la muestra permanente de pinturas, el edificio se presta para dar clases básicas de pintura, literatura y arqueología a niños y jóvenes, aparte de servir como pequeño auditorio.
Otras tomas del museo (Fotos JC Cortés)
Una obra de catálogo
Catalogada por expertos y con una evidente belleza arquitectónica, el espacio del oratorio de San Felipe Neri destinado al museo es sin duda uno de los edificios más bellos del estado.
A la vista, la fachada del oratorio (a un costado templo de'Nuestra Señora de Guadalupe) rasgos barrocos con detallados adornos y argamasa (mezcla de cal, arena, agua y fibras vegetales que se moldea para la construcción).
El patio es amplío y tiene arcos sucesivos alrededor de los pasillos enmarcando un jardín con arbustos floreados y palmeras que superan la altura del edificio.
Al centro del patio, y caracterísitico de la época, hay una fuente que no tiene uso actualmente.
Construido hacia la segunda mitad del siglo XVIII, el inmueble fue edificado por un grupo de vecinos y sacerdotes de la entonces villa de Orizaba encabezados por el obispo de Puebla, Manuel José Ansermo, quien había solicitado al Virrey de la Nueva España, Antonio María Bucareli, la construcción de un oratorio filipense (de la orden de San Felipe Neri).
El inmueble fue ideado para tener semejanza con aquellas construcciones españolas levantadas luego de los descubrimientos en América y fue edificado en un terreno perteneciente a un vecino llamado Juan Cora.
Si bien el oratorio tuvo un destino religioso, originalmente tuvo otros objetivos antes de ser museo.
En algún momento de la historia del oratorío, este funcionó como cárcel del cual aún quedan algunos rastros en las húmedas paredes de las salas.
A causa de sismos fue reconstruido y ocupado como hospital desde 1862, durante el terremoto de 1973 tuvo severos daños hasta que en 1992 fue recostruído con base en los planes del arquitecto Flavio Salamanca.
Y aunque los trabajos sólo se realizaron en uno de los dos oratorios (casi 4 mil metros cuadrados), los planes a futuro incluyen una reconstrucción completa del edificio que tiene al momento un cuidado permanente. Actualmente el edificio está pintado de amarillo y rojo que dan una luminosidad notable al interior de los pasillos.
En total, la construcción comprende independiente del templo de la Concordia, la capilla y la sacristía, la Casa de Ejercicios, la portería, sala de conferencias, celdas y jardines de huerta.
Un marco para pinturas
Enclavado en una de las regiones más ricas del estado, punto central del crecimiento del país en el siglo pasado, el Museo de Arte del Estado es un bello marco para las más de 200 obras que aguardan las visitas.
Paisajes de aquella época, rostros perdidos, maestros veracruzanos y paisajistas del país se reunen aqui y muestran en un pequeño espacio de la "Pluviosilla", los mejores pinceles en la historia pictórica de la entidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario