miércoles, enero 05, 2011

Queridos Reyes Magos...

Hace muchos años... tantos que me acuerdo perfectamente como para no decirlo, los Reyes Magos me traían juguetes... Santa nunca...

Lo mismo me hizo ver en Santa Claus a un personaje insípido, impuesto y como un gran blanco de burlas, más tarde sería, una gran figura representante del imperialismo, del capitalismo decadente y de esas cosas que los jóvenes de izquierda gustamos en alguna ocasión de echarle la culpa de todo lo malo que pasa en este país, hasta que maduramos...

Por el contrario, los Reyes Magos siempre fueron tan demócratas, tan proambientalistas, tan generosos, tan anti-racistas que no hubo forma de atacarlos... hasta que maduramos.

El caso es que ambas figuras fueron y son antagónicas, Santa muy frío, obvio del Polo Norte, con un trineo de última generación jalado por renos mágicos y tan poco reservado, al menos su apariencia y su carcajada lo hacen ver así, en tanto, los Reyes tan cálidos, obvio de los calurosos desiertos, circulando en un elefante, un caballo y un elefante y serios, poco se sabe de manifestaciones de alegrías de los jerarcas de Oriente.

En todo caso, evocar la llegada del 6 de enero siempre me lleva a pensar en un pequeño tren multicolor y una granja de cartón con muchos animales de plástico... tampoco puedo olvidar que muchos de los juguetes fueron en realidad instrumentos musicales, desde violines, armónicas, acordeones y hasta una piánica verde (aunque nunca una guitarra, que sí llegó muchos años después de los mismos Reyes, pero encarnados en papá)...

Ellos sí llegaron con regalos y por ello, y las otras razones socioeconómicas, lejos del obesísimo anciano de rojo, prefiero a los Santos Reyes, que pese a tener una fuerte carga religiosa, nunca me fueron impuestos entre pasajes bíblicos, sino que fueron simplemente figuras para enriquecer mi ambición infantil, esa que se enciende con la advertencia de "si no te portas bien, no te van a traer nada". Los fans de Santa también la conocen.

En fin, pasadas las emociones por que llegue finalmente la mañana del 6 de enero, me quedaré con las ganas de recibir los regalos que antes aparecían misteriosamente bajo el pino, en cambio, habrá que hacer algo para que este año, mis cincuenta pesos me alcancen a final del 2011 para algunos regalos para este niño de 41 años.

No hay comentarios.: