
Yo no lo creo tanto, he visto todos lo anuncios que fueron incluidos durante el juego Pittsburgh-Arizona y creo que varios se salvan, aunque sí, fue evidente el mensaje y la mofa a propósito de la crisis económica.


Si bien había la opción de cable, el mexicano en su mayoría ve las transmisiones de estos eventos en televisión abierta, que fue precisamente la que se vio invadida por el IFE y los chupasangre de los partidos.
Una importante tercera oportunidad para Pittsburgh y el final del show de Bruce Springsteen simplemente desaparecieron de la transmisión por culpa del IFE y sus intentos, mal planeados de promover el voto y las campañas.
La promoción del voto, que esta vez sale gratuita (queremos creer al Cofipe), no es molesta por sí... pero sí inoportuna. Hay tanto que interrumpir en televisión mexicana, tanta telenovela, tanta revista matutina infumable, tanto noticiario imparcial... y se les ocurre interrumpir el medio tiempo del Super Bowl y jugadas clave.
Además, la calidad de la promoción es infumable, la creatividad cero, el humor, base de muchos de los grandes comerciales está completamente fuera, ni siquiera fueron para recuperar la calidad de aquel Camaleón de Oro. Entonces, automáticamente la mente evita la promoción y nace el sentimiento de rechazo, al menos para la publicidad.
El IFE debería promover, no sólo esta publicidad forzada, sino programas de debate y discusión profunda e interesante (que la gente hable con tanta pasión de los problemas de México como lo hace con las telenovelas), además de comerciales creativos, pero más, si se trata de interrumpir, que esos programas de real interés para la nación los pongan en prime-time para que la penetración sea real, y no nos choquen con esas probaditas desabridas de democracia. A ver qué hacen ahora, que comienza la presión del televidente, que al parecer en México, es el único que vota, sólo que con rating.

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