jueves, enero 15, 2009

El señor Roarke

La televisión estadounidense ha dejado marcado al auditorio mexicano en muchas formas, del inglés al español le ha puesto un montón de gags y modas, los mismos traductores y actores de doblaje han hecho su trabajo para que esto suceda si la serie flaquea (sólo hay que recordar a Don Gato).

De los tiempos en que la televisión por cable no era un servicio generalizado hay muchos ejemplos y de entre ellos está La Isla de la Fantasía.

La mención viene a propósito de la muerte del actor mexicano Ricardo Montalbán, que tenía en su voz un inconfundible sello para el público asiduo a la serie... (doblado al español originalmente por Armando Coria y posteriormente Claudio Brook -en el video- ) y que más tarde haría anuncios para la televisión mexicana, ya sin doblaje.

Quienes vieron, entre ellos DeTocho, la serie todos los domingos a finales de la década de los setentas y principio de los ochentas en canal 5, no es fácil olvidar el programa por muchas razones, por las mismas historias, por el doblaje o simplemente, porque era el preludio de que el fin de semana terminaba y había que ir nuevamente a clases.

Montalbán, creció en muchos papeles del cine hollywoodense, sin embargo, también tiene su aportación al cine mexicano en los tiempos que se le llamó "la época de oro".

El golpe informativo es de esas sorpresas desagradables, "chin, ya se murió el señor Roarke", el inconfundible anfitrión de traje blanco inmaculado, diplomacia absoluta y un trato bonachón y paternal de aquellos insatisfechos que buscaban hacer realidad sus locuras (pero muy regañón con Tatoo).

Hoy, una serie como esta no tendría tanto peso, las opciones se han atomizado que la fama de La Isla apenas se asomaría por algún canal de cable... pero, la generación que lo vio, no puede evitar sentir nostalgía por esta muerte, por el programa y por todo lo que implicó en ese televidente que asimiló el recurso televisivo de las series de aventuras, incluso esta rosa que competía sutilmente con El Crucero del Amor.

Tatoo (Herve Villechaize), que se suicidó hace 15 años, ya no está solo, ya puede seguir a paso apresurado a su jefe y la diferencia es que ahora debe señalar hacia abajo para decirle al señor Roarke... '¡eeel avióooooon, eeeel avióoooooon!

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