A ver, quién no justifica mis temores de que un meteorito me caiga en la cabeza...
Lejos de ser un cliché... las posiblidades de que un cuerpo celeste, sea meteorito, asteroide o cometa, golpeen la Tierra son amplias... quién lo dudaría...
Las noticias de los meteoritos son comunes, más comunes de lo que se cree...
Durante la graduación de la generación 88-93 de contadores públicos de la Universidad Veracruzana, varios vimos sobre el cielo de Túxpam, luces que cruzaban fugazmente de Este a Oeste.
Aun sin el maremágnum de información por internet, se supo que esas luces, intensas, a eso de las 2 de la mañana, se habían visto en el centro del país y en Tampico (no estaba borracho).
Un cálculo inicial le llevó, al recién egresado De Tocho, a sostener que se trató de un meteorito que se estaba fragmentando a una altura enorme y a una velocidad descomunal... y que la diferencia en tiempo era mínima entre los observadores del altiplano y la costa del Golfo...
El 28 de enero de 1996, mientras este aficionado veía la dolorosa derrota de los Acereros de Pittsburgh ante los Vaqueros de Dallas en el Super Tazón XXX (27-17), un meteorito surcó el cielo mexicano de Oeste a Este dejando una impresionante vista, aun en el turbio cielo nocturno de la ciudad de México. Impresionante, el bólido también se vio en el Golfo de México. De Tocho interrumpió su labor de televidente para asomarse al cielo y ver esa escena de luces.
Así como estas, hay otras historias que se vuelven anécdotas. Algunas colectivas como Tunguska y otras, simpáticas, como aquella pareja que vio caer una piedrota espacial en la sala de su casa en Nueva Zelanda.
En el Palacio de Minería de la Ciudad de México con especial atención, De Tocho estuvo observando y palpando la estructura de unas enormes moles de metal y roca que se exhiben muy cerca del "viejo" Caballito.
"Debe doler una pedrada con una de estas", reflexiono De Tocho. Justificamos más mi temor de que un meteorito caiga en la cabeza.
Pero, preguntarán, qué onda con este, nuestro globbero de confianza.
El tema se desató a raíz de la caída de un meteorito en Canadá.
Lo llamaron "espectacular y casi cegador" y es evidente según el video de la policía de Alberta.
¿Llegaría a Tierra? nos preguntamos. ¿Algún cazador desdichado sentiría en el occipital un golpecillo que lo dejó mareado preguntándose "what the fff...?!" o simplemente, quedaría sepultado bajo un enorme trozo cósmico y humeante entre el césped congelado mientras un ciervo mira curioso la escena?.
En todo caso, lo que viene puede ser mayor... y ya no habrá quien lo cuente.
Lejos de la historia de que los científicos generarían un hoyo negro que nos haría ver las estrellas muy de cerca, la realidad ahí está, la saben los científicos, la difunden siempre, y ahí si algo enorme choca, nada de que Buda, Alá, Krishna, Jehová o Huitzilopochtli nos salven (menos si ya lo decidieron, uno solo o todos juntos).
Ejemplo final, los científicos tienen detectados varios cuerpos que sin duda ponen el riesgo la existencia de la tierra. Ahí está la lista, meteoros del tamaño de montañas van y vienen en sus trayectorias erráticas, o cometas hacen cada vez sus elipses más cortas sobre los grandes planetas y estrellas terminando en extensos volúmenes de gas y metal como ocurrió con el Shoemaker en Júpiter... lo dicen quienes saben.
En fin... ni comprarse casco es bueno.
Para finalizar este optimista comentario, dejamos un video que exhibe, lo que pasaría si un meteorito de unos 500 kilómetros de diámetro pegara en la tierra, particularmente entre Australia y Japón...
Y australianos y japoneses, como Fox, al unísono dicen... "¡ah chingá! ¿y nosotros por qué?"
La narración en inglés es más dramática...
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