PAN y PRI no esperaron una semana después del desafuero de López Obrador para demostrar que para ellos, un kilo de justicia o ley no pesan lo mismo del lado derecho que del izquierdo.
Publica La Jornada este miércoles 13 de abril
El grupo parlamentario del PRI, respaldado por el Partido Verde y con la complacencia del PAN, que se abstuvo, votó en contra de la propuesta del PRD para que el dictamen de la sección instructora referente al caso Pemexgate, en el que se encuentra inculpado el senador priísta Ricardo Aldana, fuera turnado al presidente de la mesa directiva, Manlio Fabio Beltrones, con objeto de que al día siguiente de recibido citara al pleno camaral para instalarse como jurado de procedencia y desaforar al probable responsable del desvío de más de mil millones de pesos a la campaña presidencial de Francisco Labastida.
El senador Aldana
Citan los reporteros Georgina Saldierna y Roberto Garduño al diputado perredista Pablo Gómez, que debe sonar con cierta rabia contenida: "los ofrecimientos de varios diputados priístas de que estaba abierto el camino para aplicar la justicia en un acto deleznable y condenable como el del Pemexgate, significa un llenarse la boca diciendo que la justicia, la justicia, la justicia, la ley, la ley, la ley, la ley. No hay la menor consecuencia con lo que se dice; no hay la menor consecuencia con lo que se ofrece; hay un inmenso vacío entre el discurso del PRI y del PAN con sus actos concretos".
Recordemos, el caso Pemexgate tiene en el senador Ricardo Aldana y el ex diputado Carlos Romero Deschamps a responsables comprobados del desvío de más de mil millones de pesos a la campaña presidencial de Francisco Labastida. El desvío, en pocas palabras fue de esta manera, el gobierno priista de Ernesto Zedillo, a través de la secretaría de Hacienda, dio, como una de las prestaciones al Sindicato Nacional de Petroleros de la República Mexicana (cuyas cabezas aun son Aldana y Romero) esa cantidad millonaria, y la agrupación sindical, mediante maniobras financieras lo aportó al candidato tricolor en el 2000.
La ley, la legalidad, la justicia, como vemos, pesa diferente depende del lugar en el que nos ubiquemos, agreguemos, que a López Obrador se le siguió un proceso que funcionó como máquina nueva por un desacato que tiene como eje central un pedazo de terreno de 200 metros (no creo que cueste mil millones de pesos) y cuya historia data del 2001, en tanto el Pemexgate, data del 2000, y es la hora que el caso de desafuero de Aldana sigue en la congeladora, mientras los mexicanos sigue pagando su salario, que debe andar cerca de los 100 mil pesos al mes, sin prestaciones extras.
Salud con te de tila.
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