Hace un tiempo que hablábamos sobre lo inútil e imprescindible que es Twitter. Para la labor periodística, sin duda, es una ola de ideas que permite el manejo de la agenda informativa, pero a la vez, es una alarma constante de noticias y tips.
Twitter sin duda informa, pero es como un genio autista, se la pasa en el letargo, metido en sus cosas, diciendo lo que hace cada quien y de repente, ¡zaz!, despierta para decir "En este link está la transmisión en vivo del Congreso", "Se acaba de caer un avión", "Explotó una refinería" o "No hay paso en Eje Central a la altura de Juárez".
La creación de Jack Dorsey, entre miles de mensajes que son paja, se está consolidando como una gran fuente concentrada de noticias, más allá de los concentradores de noticias como Google o Yahoo. Y la paja estará ahí por mucho tiempo, sin duda.
Y más allá, apenas en la madrugada del jueves 22 de octubre, mientras por una hora, en Twitter había una efervescencia por la información sobre la explosión en una refinería de Puerto Rico, las agencias DPA, Reuters, Notimex y EFE dormían.
Pero Twitter se tropieza, como el autista, no se le puede creer al 100%, carece de veracidad, de exigencia, es frívolo, se distrae... es un gran genio metido en su mundo.
Está de más decir que, pese a que por un lado aparece como un gran democracia, está visto que no lo es, que cada quien, sobretodo quienes han encontrado en internet un medio para sobrevivir, van por el lado egoista, donde el usuario sólo ve interés personal.
El mejor ejemplo es la postura de un grupo de twitteros que acudieron al Senado para reclamar impuestos a internet. Nadie los nombró, nadie dijo que fueran como representantes, pero iban exclusivamente a defender algo que sí les afectaba. No pusieron el dedo en la llaga del IVA o el ISR que es la gran injusticia fiscal que sufre el país.
Cabe decir que Twitter está evolucionando y que poco a poco margina en grupos de interés, y esto es un gran beneficio para el informador profesional que llega a millones de lectores, escuchas y televidentes. Porque Twitter se mantiene muy al margen de los grandes grupos sociales.
Twitter es sorprendente... pero es como Dustin Hoffman en Rainman, requiere de un hermano abusivo que lo explote.
A propósito, pásenle a mi espacio en Twitter.
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