viernes, marzo 21, 2008

El costo de la nostalgia

No es nuevo... ni será nuevo...

Lucrar con la nostalgia es algo que se está, paradójicamente, consolidandose como una moda constante.

En menos de una década, los hoy adultos, tienen un punto débil como consumidores. Su memoria.
Manuel "El Loco" Valdez... en plena onda retro aprovechada por la empresa Pepsico

A raíz de la evolución de los medios y las formas de transmitir y conservar datos, el adulto que vive entre los 25 y los 40 años, que tiene poder adquisitivo y en su mayoría, que vive en áreas urbanas tiene un sinfin de posibilidades para comprar productos y servicios que tienen que ver con sus antecedentes de esparcimiento.

Siendo de una generación que tuvo como diversión la imagen y el sonido, estos consumidores, entre los que se encuentra De Tocho, tienen un mar de opciones para decir "esta era música, estos eran programas, estas eran películas" hasta un "estos eran refrescos", siempre con un costo módico.

Y es que la nostalgia siempre vende. El humano, poniéndole como nombre cultura, la ha explotado siempre, es una imperiosa necesidad de acumula información sea en bibliotecas o museos, trasladada hoy en diminutos dispositivos electrónicos, donde materialmente se acumula la vida de una persona.

Aquí es donde De Tocho, siempre bullanguero y tropical pega un brinco y recuerda esos halagos al visionario Steve Jobs, que con su iPod vende más que un producto, un concepto total de memoria, una verdadera extensión del cerebro y las emociones que de él emanan. Ahí está el soundtrack de vida del usuario, sus mejores imágenes, sus videovivencias, sus notas y por consecuencia todos los sentimientos que puedan generarle.
Imágenes y emociones, en un aparato con capacidad para 30 gigas

Lo saben la TV, las productoras de programas, disqueras y por supuesto, los piratas que siempre van un paso adelante.

No son gratuitos (literalmente) los conceptos como Retro, TCM, TeleNovela y Clásico TV. En el caso de México llegaron tardísimo cuando empresas como Televisa, teniendo un impresionante acervo sólo daba probaditas a deshoras en sus canales abiertos.

El caso de Clásico TV.

Como buen Televidente De Tocho agradece conceptos como este. No fue nada extraño ver que podía perder horas viendo una programación añeja, en algunos casos con una calidad que se extraña y en algunos otros bastaba con la nostalgia para prescindir de los buenos guiones.

Clásico TV nos remite a las detalladas caracterizaciones de Enrique Cuenca y Eduardo Manzano en sus personajes de Los Polivoces, que no habrían sido lo mismo sin los guiones de Mauricio Kleiff y las improvisaciones de los protagonistas, a otros programas con textos de Antonio Ferrer y producciones de Humberto Navarro. De ahí se rescatan las actuaciones de Pepe Gálvez, Silvia Pinal y lejos de los 35 milímetros las participaciones de Fernando Soto "Mantequilla" y Armando Soto "El Chicote".

Por sobre las cosas buenas, el canal también reproduce verdaderas estupideces de la televisión, pero que a la distancia no dejan de parecer únicas, ahí están programados los mejores intentos de Capulina para hacer reir, que siempre fueron malos... la ingenuidad de Cepillín que hoy sería la burla de cualquier niño con su mail a la mano y decenas de agrupaciones anti discriminación se le irían a la yugular a Enrique Guzmán por parodiar deficiencias mentales con el argumento de un guion cómico.

Se salvan otras, y con razón. Difícil encontrar documentos donde los hermanos Junco disputen un espacio de humor con Héctor Suárez en la malísima "Los jovenazos", difícil hallar entre la piratería un serial donde Silvia Pinal canta con el mismo Enrique en El Show de Silvia y Enrique (donde los adoradores de la radio de oro verán actuar a Pedro de Aguillón y a Omar Jasso "El mocosón"), difícil hallar también a un Emilio Brillas en "El rabo verde", al Comanche... a Manolo Muñoz en un duelo de canciones con Juan Penas y a esa tripleta humorística que a 40 años sigue pareciendo una fresca ensalada como lo fueron Alejandro Suárez (con su show independiente), Héctor Lechuga (también con su Detective de hotel) y a Manuel Valdez (con un desquiciado Show del Loco)...

Queda para los nostálgicos el saber que, esa sensación, vale la pena, pero cuesta al facturarse a su sistema de cable.

Por cierto, De Tocho ya probó la Pepsi Retro, y sabe a Coca.

No hay comentarios.: