miércoles, agosto 03, 2022

¿Se acabó el maratón de Netflix?

¿Será que después de más de 10 años de éxito contínuo un servicio como Netflix pierda la hegemonía y comience a formar parte de los saldos que comienzan a abundar en la canasta de los productos streaming?

A finales de los 90s, descubrimos con asombro bondades secundarias de internet (la primera sin duda es la libre forma de difundir, compartir información y comunicarnos sin fronteras) pero llegábamos a maravillas inconcebibles para esos tiempos como compartir documentos, textos, audios, videos, etc en una incipiente nube que crecía y formaba una tormenta que gradualmente siguió moviéndose como la gran mancha de Júpiter.

Luego, voilá, todo se domesticó y la música pudo volverse archivo y cuando creíamos que la piratería había llegado a la cúspide en la clonación de cds, hijo reciente de los casets piratas que podían duplicarse a altas velocidades, alguien nos enseñó un archivo con extensión .mp3 que había llegado quién sabe de dónde… 

Ya era el tiempo de decir "esto no lo va a parar nadie", "la culpa es de internet"... vino Napster, vino la clonación casera de discos compactos y dvds… en efecto, ya nadie lo iba a parar.

Luego vinieron los servicios y aprender a consumir pagando, viable y hasta justo desde el punto de vista del usuario, no sé bien desde el del artista.

El caso es que muchos que hemos estado pegados a una computadora y sus derivados conectados a la red, vimos encantadores servicios que si bien en México llegaron pixelados por los pésimos servicios de conexión, llegaban y así comenzaron a funcionar y a llamar la atención mientras los medios convencionales seguían en su absurda necedad de mantenerse fuera de la evolución.

Hasta que les llegó Netflix y basta de contexto.

El encanto de la empresa con sede en Los Gatos, California, sólo lo puedo comparar con mi primer contacto con la videocasetera. ¿Cómo era posible ver películas en HD y con un catálogo que nos ponía como hambrientos en un buffete?…

Así duramos años desde su llegada a México por ahí de septiembre del 2011 hasta que ocurrió el milagro de la multiplicación de las plataformas, uno pensaría que no había forma de competir con algo tan poderoso como Netflix, pero pocos contaron con la astucia de los derechos intelectuales de las empresas y los catálogos que podían hacerse exclusivos.

Uno de los primeros golpes para los que añoran aún la TV del antier, fue cuando Netflix perdía por ahí del 2016 a El Chavo del Ocho y Televisa se hacía de una disminuida aunque sí atractiva Blim.

Para esos tiempos la lógica era pensar por qué todas esas televisoras y productoras no se hacían de su propia plataforma desde años antes, quizás era esa tara de los medios por insistir en ordeñar la vaca hasta que muriera deshidratada mientras Netflix no sólo le robaba ojos a los ratones, sino que comenzaba a generar su propio material, en su mayoría con una calidad cuestionable, pero brincaba de vendedor de contenido a creador de contenido en masa.

Finalmente la lógica de pasar de TV a plataforma llegó y tanto productoras de Hollywood como grandes televisoras del mundo dieron el saltito para tener cada quien su material exclusivo (Paramount, Universal, HBO, CBS, ABC, Fox, etc), no sin antes ver nacer a Amazon Prime y claro, una de las estrellas más esperada como es Disney y sus tropiezos y por supuesto, los sistemas satelitales también abrieron su frente desde Dish, Sky y un montón de cableros. (Yo sigo esperando que el Gobierno mexicano tenga su propia plataforma con contenido del Canal 13 e Imevisión)

Súmenle, Mubi, Starz, Hulu, Apple TV… hasta los equipos de futbol lo hicieron no con tanto éxito (lo de Chivas fue un desastre), no así las grandes ligas deportivas que hoy en sí son una enorme producción de distractores para el consumidor de goles, touchdowns, hoyos en uno, jonrones y pole positions.

¿Sigues ahí Netflix? Sí, sigue ahí haciendo llegar tarde a todo mundo, quemando frijoles y camisas y modificando los hábitos de sueño de miles, pero, no tan robusta como antes.

Después de 10 años, el poderoso encanto de Netflix se comienza a desvanecer por múltiples razones, sin embargo no deja de ser el líder del mercado.

Hoy, 200 mil de sus 220 millones de usuarios  se le han ido entre su salida del mercado ruso, la competencia y su sangría de más de 100 mil familias que comparten cuentas en diferentes hogares (a mí qué, no me vean).

No sé bien si esto signifique la caída del monstruo que nos ha distraído por casi una década, pero como en todas las manifestaciones culturales (las tradicionales y las nuevas) que se han metido a internet, seguramente Netflix pasará a atomizarse entre el mar de plataformas y será una opción más. ¿Beneficiará esto al usuario? Por supuesto, siempre la competencia aportará el principal motivo para tener mejores tarifas y contenidos.

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