Mientras en Córdoba nacía El Mundo, en el puerto de Liverpool, se atestiguaba cómo gradualmente toda una generación tomaba nuevas banderas y cómo nacía el grupo The Beatles.
Desde ocho años años antes del nacimiento de El Mundo se nutría en la escuela Quarry Bank High School el caldo de cultivo que daría como resultado la empresa que hoy siguen siendo The Beatles. Ahí, John se asociaba con compañeros para generar su primer grupo, The Jack Black que se transformaría en unos cuantos meses en The Quarrymen que por ese tiempo tocaban skiffle (un ritmo de moda en ese tiempo).
Entre intentos de grupos y los dramas que consolidaron su formación humana y artística, pasaron los años hasta llegar el vital 1957, año en que se conocieron, primero John y Paul y más tarde hacía presencia George.
“Los Quarrymen”, para 1960 ya habían cambiado su nombre a The Beatals, a The Silver Beetles y luego a The Silver Beatles, primera evocación a una ocurrencia de Lennon de conjugar las palabras beat (ritmo) y beetle (escarabajo) y tres integrantes del grupo habían cambiado su nombre fugazmente, John era “Long John”, Paul era “Paul Ramon” y George “Carl Harrison”.
Para agosto del aquel 60 fueron finalmente The Beatles y el grupo era integrado por Johh, George y Paul en guitarras, Stuar Sutcliffe en el bajo y Pete Best en la batería.
Imagen histórica en 1960: Pete Best era el baterista,
George, John y Paul tocaban la guitarra y Stuart Sutcliffe era el bajista.
George, John y Paul tocaban la guitarra y Stuart Sutcliffe era el bajista.
Para el quinteto fue un año intenso que marcó la historia a seguir de Los Beatles. Fue el año de la gira a Hamburgo, el año en el que se fortaleció la vena rockera del grupo, el año donde se hicieron de “mundo” y cuando comenzaron a tener probaditas de multitud que después fueron una constante. Fue el año que conocieron en aquella ciudad alemana a Ringo, que por ese tiempo pertenecía al grupo The Rory Storm.
Los Beatles del año 1960 mantenían su línea “dura” con cabello engominado, chamarras de cuero y pantalones ceñidos, tocaban rock y sonaban un poco a Elvis y Little Richard, de hecho, sus primeras grabaciones son covers adaptados a su estilo que poco a poco fue evolucionando, fue el año de las borracheras, de automedicarse hasta terminar drogados para resistir, tanto las intensas madrugadas entre borrachos de el Club Indra, el Grosse Freiheit y el Kaisekeller como la cercanía de bailarinas y prostitutas de Hamburgo.
También fue el año de su primer “tropezón”, cuando en noviembre, por razones legales tuvieron que dejar Alemania para hacer un alto nuevamente en Liverpool, ciudad a la que regresaron un mes después en las primeras escenas de la llamada beatlemanía en su presentación en el The Litherland Town Hall.
La Gran Bretaña y parte de Europa bailaba varios ritmos, el, por ese entonces, quinteto beatle ya aportaban el suyo y comenzaba a ganar fans en Inglaterra y Alemania.
Faltaban meses para que el vendedor de discos Brian Epstein, que por aquel tiempo ya tenía 26 años, los conociera en La Caverna, los contratara y los arrojará al éxito imponiendo una estrategia única en el show bussines que hoy sigue siendo explotada.
Las dos piezas temporales, pero a lo postre históricas, Stuart y Pete, tuvieron con el grupo en una relación de amor y odio que aun hoy los biógrafos beatleros examinan para intentar descifrar las múltiples causas por las cuales ambos tuvieron suerte diferente. El primero se retiró del grupo en noviembre del 60, tras conocer a Astrid Kirchherr y seguir su carrera en las artes en Alemania, ahí se quedó y ahí murió, el 10 de abril de 1962 de una presunta hemorragia cerebral que, se dice, sobrevino por una golpiza
Pete fue separado del grupo en agosto de ese mismo año para después tener múltiples actividades, entre ellas la de panadero. Hoy, el primer baterista aun vive, tiene como principal actividad las presentaciones como pieza viva de un historia que a muchos apasiona y que pagan por ver al hombre que imprimió los ritmos de las primeras grabaciones de Los Beatles.
Su suerte, como se sabe, dio paso de forma inmediata a que Richard Starkey, mejor conocido como Ringo Starr, tomara las baquetas y pusiera ritmo a las piezas clásicas de The Beatles.
El primer año de El Mundo creció a la par de esa vorágine musical que en México tenía ecos diferentes con grupos mexicanos que después seguirían la veta Beatle con un toque diferente y que también dejó huella, eran los años de Los Locos del Ritmo y sus primeros éxitos, aunque esa, como comúnmente se dice, ‘es otra historia’.
En ese año del 60 se pusieron las piezas claves de la beatlemanía vendrían, las primeras grabaciones que fueron los ensayos para el primer disco y luego, todo aquello que se generó, los cortes de pelo estilo “mop top”, el contacto con el ingeniero de sonido George Martin, las sesiones en los Estudios Abbey Road, “Please please me”, “From me to you”... “I want to hold your hand”... muchos números unos en las listas de éxitos, las películas, Estados Unidos, las giras mundiales, Apple, la psicodelia, más drogas, la esquizofrenia musical, el dinero, las multitudes, el Maharishi, la fiebre, la desintegración del grupo, los hijos, la esperanza de verlos juntos otra vez, los éxitos como solistas, las muertes de John y George, la contínua venta de sus discos... la inmortalidad...
Publicado en diario El Mundo el 23 de febrero de 2010
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