De Tocho debe poner alguna cara al jugar frente a la pantalla... si bien no es un fan de los videojuegos, si se le da tener la sangre fría para matar malandrines y personajes de fantasías.
Son pocos los videojuegos, en los 80s Defender y Pacman en Arcade, Super Mario Bross de Nintendo, poco después Golden Eye en N64, Myth I y II, Max Payne y esa caniquita que marea y que por más que intento no termino Marble Blast Gold (debo reconocer que hay varios sitios de juegos que este, su globbero de confianza visita en sus tiempos libres: Uzinagaz, Shockwave, Candystand y por ahí alguno otro)
Pero, no sé qué cara pone... es seguro que no saca la lengua como muchos compañeros que parece que juegan con la cara.
Robbie Cooper llevó mucho más allá esa inquietud de saber, qué cara ponen los chamacos que les gustan los videojuegos violentos.
Llevado a la "pantalla" como un proyecto llamado Immersion, Cooper hace que la pantalla sea la que mira al espectador activo mostrando a los chicos con los ojos más grandes, la lengua sin control, las quijadas rígidas, el temor constante...
Curiosos casos... curiosos rostros...
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