Mundstock en El regreso de Carlitos
No se preocupen por la extensión del texto, sólo les llevará leerlo cuarenta y cinco... horas.
Marcos Mundstock. |
Hoy se fue el tipo que se paraba frente al atril para captar la atención del “respetable” y que más de 50 años nos condenó a ser fans de los Luthiers por tener esa enorme virtud de pocos, hacer reír… y peor, pareciera que sin querer.
Pero qué se puede decir de Mundstock que no se haya dicho ya, o que sí se haya dicho, era un humorista del tipo cara de palo, un poco Buster Keaton, un poco Benny Hill, un poco John Cleese, pero no puede evitar exhibir que había copiado todo el estilo de Günther Frager.
Su capacidad de dicción era asombrosa, hablaba constantemente, como si no pudiera dejar de hablar; y uno se preguntaba: ¿no podría dejar de hablar?
Como Escipión. |
Mundstock abría en el escenario la puerta de un humor irrefrenable en cuanto empezaba el show de Les Luthiers, bastaba su primer palabra para saber que vendría una mezcla de inteligencia, mezclada con música y una torre de locuras creativas, sorpresivas, llenas de juegos de palabras.
Era de todo en el grupo y su polifacética labor le permitía ser un cronista de la historia del adelantado Domingo Díaz de Carreras, el contramaestre rebelde de un bergantín lleno de piratas, un vampiro redimido, Escipión tratando de encontrar paz a la liviandad de su hija o el vocero de una secta cuyo pastor está detenido por el FBI.
Interpretando al doctor Heriberto Tchwok. |
La muerte de Mundstock nos lleva de una primera sensación desconcierto a una segunda sensación de desconcierto.
El vampiro redimido. |
Era para los fans de Les Luthirpers un profesor superior de música, de armonía, composición y contrapunto; premiado, condecorado... o sin decorado.
Marcos y Daniel Rabinovich. |
Sus lecturas quedan inconclusas, como alguna obra de Johann Sebastián y a su vez Mastropiero pierde la voz perfecta para confundir nombre polacos o checos, también se va el mejor villano del grupo.
Nos deja Marcos Mundstock, una de las bases del Les Luthiers desde su origen en I Musicisti, y se une a Gerardo Masana, Roberto “Negro” Fontanarrosa y Daniel Rabinovich, los otros tres ingratos que ya se divierten en sus nubes diseñando actos lejos de este pandemónium terrenal. Nos deja en un momento en que el humor, al menos en español, está en crisis.
Y aunque no era el mejor cantante, ni el mejor bailarín, ni el mejor músico, era la esencia de los Luthiers y se va dejando a miles con un nudo en la garganta recordando el mar de carcajadas que nos hizo liberar... nos deja con una sensación inenarrable...
A Mundstock le sobreviven Carlos Núñez Cortés, Jorge Maronna y Carlos López Puccio, además de Ernesto Acher y millones de fans en todo el mundo hispanoparlante.
Para más información de Marcos Mundstock ver la Wikipedia o el libro Les Luthiers de la L a la S de Daniel Samper Pizano.
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