Desde política hasta los dibujos animados, para las serias reflexiones y el relajo que tranquiliza la conciencia, va como dice el dicho, "de tocho morocho"
viernes, agosto 13, 2004
Crisis en la TV mexicana
Dicen que la competencia siempre trae beneficios a las empresas, se presume siempre que es un buen parámetro medirse con la calidad del contrario, sin embargo, es fácil asegurar que esto no ocurre en el caso de las televisoras mexicanas.
Televisa y TV Azteca fueron a Atenas derrochando recursos inimaginables para el telespectador común, la tecnología es evidente, la calidad de imagen impecable, la escenografía, las iluminación, el despliegue de personal y equipo de transmisión por toda la cuna de los juegos olímpicos está de manifiesto. Pero los millones de pesos, que seguramente recuperarán con la publicidad vendida ha venido en retroceso en función de la razón por la cual viajaron hasta Grecia.
Debe el telespectador mexicano ser una clase de bicho raro en el mundo para habituarse a las transmisiones bianuales que representan olímpicos y mundiales que le ofrecen, enmedio de los juegos, malos chistes, parodias mediocres, cultura parcial patrocinada por cervezas y cantantes de talla pequeña.
Cuando en 1986 nació el concepto de Los Protagonistas encabezado por José Ramón Fernández, las bases de la revista que mezclaba humor, crítica y deportes vino al dedo por la carencia de un espacio fresco para ganar televidentes lejanos al futbol, como fue aquel caso.
La explotación de nuevas aristas en la televisión fue muy bien recibida cuando, además de Andrés Bustamante, se unieron Víctor Trujillo, Ausencio Cruz y el, entonces reportero de "El ciudadano infraganti", Oscar Cadena.
Fernández tuvo el tino de explorar nuevas facetas que hoy, y como siempre pasa, han sucumbido al paso del tiempo, decaido y corrompido del formato original generado en tiempos de Imevisión (hoy TV Azteca se jacta de ser la cabeza del concepto cuando nunca fue así).
Casi 20 años después del nacimiento de Los Protagonistas, la ambición de la televisora del Ajusco ha llevado un formato soso que se salva por algún buen momento del Güiri Güiri y en su revista extra deportiva, TV Azteca hace que el televidente pueda ver qué ocurre en Televisa al permitir cantantes desconocidos y pseudo periodistas que dan más importancia a su imagen a cuadro que a los pobres contenidos que ofrecen con datos escasamente culturales y que un niño de primaria puede encontrar en cualquier enciclopedia.
En esta edición de Los Protagonistas, el mismo José Ramón abusa de los buenos momentos y se vuelve del montón, excede en entusiasmo y lejos está del Fernández líder de opinión al hacerle juego a un muñeco de ventrílocuo llamado "Tachidito" (Qué fue una copia de concepto de un personaje de Víctor Trujillo, en el cual el actor encarnaba a un ventrílocuo con un muñeco gangoso que se albureaba de lo lindo a José Ramón Fernández).
A los excesos de Los Protagonistas se suma la pérdida gradual de la gente de peso periodístico, desde inicio de los noventa cuando salió Raúl Orvañanos (que podría ser antes, con la salida de Alfredo Domínguez Muro), Carlos Albert, Francisco Javier González, Antonio Moreno, Ciro Procuna, etc, además de sumarle la notable ausencia de Pepe Espinosa.
Pero, si el concepto de Los Protagonistas ha perdido brillo, nada favorable se puede decir a favor de la siempre opaca copia de Televisa encabezada por un gris Javier Alarcón.
Para esta ocasión, Televisa invirtió en recursos en gente poco notable como Arath de la Torre, Silvia Irabien con escaso palmarés y que nada tienen que hacer en esa competencia, con ellos, la televisora de Emilio Azcárraga seleccionó a comediantes al por mayor, incluido Eugenio Derbez que mantiene una linea que agotó los recursos de su humor y un excedido e inflado Omar Chaparro, que lejos de levantar el vuelo después de su "triunfo" en Big Brother se ha ido a pique y hoy, su televisora intenta darle, lo que al parecer será, el último empujón.
Televisa tiene además, de sobra, la presencia de Yolanda Andrade y Monserrat Olivier, que no terminan por ser reporteras, analistas, presentadoras, cómicas y que son una mezcla mediocre de todo esto, y al equipo que sobra de los que fueran grandes comentaristas de deportes (Televisa ya perdió y aisló a toda la nómina de monstruos de la transmisión deportiva).
La empresa de Chapultepec 18 tiene tan perdida la brújula, que a un día de la inauguración, su programa estelar "La Jugada olímpica", dejó cantar al ex delantero del Necaxa Ricardo Peláez, en un pobre demostración de creatividad de los hombres y mujeres de Televisa, dando al televidente al mismo tiempo, la peor muestra de qué se debe presentar a pantalla.
Pero a esto se suma, la pérdida de capacidad de Víctor Trujillo al insistir en desarrollar un humor ajeno a su origen. Ni Brozo, ni la Beba tienen el terreno fértil que tuvo cuando usaba a José Ramón Fernández como patiño, y por más esfuerzos que hace el equipo de Televisa en seguir la comparsa del comediante, siempre aparece como el personaje incómodo, quien hace cuatro años, aun enarbolaba la bandera del Ajusco.
En conclusión, el concepto original de Los Protagonistas se ha deteriorado, ha perdido peso y ha dejado al televidente mexicano una mezcla extraña y dispensable de imágenes que lo mismo quieren ser humorísticas que culturales, pero que invariablemente termina siendo un producto malo para quienes quieren ver en esencia el desarrollo de las disciplinas.
Para la edición de los Juegos Olímpicos en Atenas, las dos televisoras al parecer se han enfrascado en ver quién hace más ridiculeces y pobreza de contenidos, solo falta ver, su cobertura real de los eventos deportivos, porque en su apuesta con humor y "creatividad", hay un empate y el derrotado es el pobre televidente.
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